miércoles, 27 de agosto de 2008

Sentido común


Germán Yanke en Estrella Digital:


Me cuenta Javier Faya que el otro día, tras el accidente de Barajas, el comandante de un vuelo de Spanair del trayecto Túnez-Madrid salió al pasillo de la cabina tras las primeras indicaciones de la sobrecargo, se identificó y explicó al pasaje todos los detalles del vuelo, hasta los ruidos que seguramente oirían en el despegue. “Hemos venido desde Madrid y vamos a volver a Madrid”, les dijo. Y parece que los pasajeros le aplaudieron. La confianza, a menudo, se basa en cosas así, en pequeños detalles, como los que tenemos miedo al avión, a cualquier avión y en cualquier circunstancia, nos tranquilizamos con las sonrisas de las azafatas ajetreadas de aquí para allá.
Pero la más seria confianza esté en las medidas de seguridad de los vuelos, Spanair incluida, y en los sistemas de revisión de los aviones. Lo de Barajas fue un accidente y sorprende que se estén haciendo juicios (y juicios de intenciones) antes de que se sepa nada de la investigación iniciada. Si hay alguna responsabilidad, se conocerá y se depurará, pero al Gobierno no le corresponde manifestar, a través de terceros, que está descontento con la información facilitada por Spanair inmediatamente después del accidente. Si tiene respaldo legal para actuar de algún modo, que lo haga y que lo explique con detalle y lo razone. Si no, que se mantenga en lo que le compete y no más allá, como un comentarista de prensa o un inspector de vuelos y procedimientos. Ahora le toca a él tener que apechugar con el “retraso”, en la apreciación subjetiva de algunos, en las identificaciones de los cadáveres y, en este caso como en el otro, no se puede pedir lo imposible. El nerviosismo de las familias puede entenderse, pero no otros.
No hay más que acudir a los especialistas en aviación para hacer la larga lista de exageraciones y falsedades que, sobre los vuelos en general y el del accidente en particular, se están diciendo estos días. Y hasta los comentarios sensatos sobre lo ocurrido no tienen otra base que la especulación, es decir, las explicaciones sin fundamento cierto hasta que no se conozca el desarrollo de la investigación. Quienes solicitan información detallada y real y protocolos detallados deberían ser, precisamente por ello, más cuidadosos en las que proporcionan.
Spanair atravesaba graves dificultades antes del accidente. Ya se conocían sus pérdidas, ya se sabía que se había renunciado a la venta de la compañía, ya se había anunciado un duro plan de viabilidad. Nada de eso, por lo que ya sabemos, es causa del accidente ni la tragedia causará lo que ya padece la sociedad. El futuro de Spanair puede depender de sus accionistas, de la negociación con los sindicatos, de la confianza o desconfianza que genere en los clientes. Lo malo, vista la frivolidad con la que se habla, incluso desde instancias oficiales, es que dependa de rumores y especulaciones ajenas y sin base.

domingo, 24 de agosto de 2008

¿Diversión? Matonismo


Ayer, el ilustrísimo Ayuntamiento de Chiclana, organizó un concierto en la playa de La Barrosa. Gratis, por supuesto. Era la una de la madrugada y allí seguía una multitud de gente de todas las edades bailoteando al ritmo de las mediocres canciones de Hombres G, con esa "estupida alegría de vivir", que decía mi tío Baldomero. Allí estaba yo recogiendo a mis hijas adolescentes. Era la una de la mañana y aquél grupo de adolescentes de 40 años que son los Hombres G seguía atronando la playa con su música insufrible. Se veía a gente de las viviendas circundantes asomada a los balcones, no sé si por afición a los músicos o por carecer de actividad alternativa, ya que dormir era imposible y ver la televisión o leer, también.


Es decir, que los que pagan los impuestos al Ayuntamiento reciben a cambio una noche de ruidoso insomnio. Esto es algo que sólo puede pasar en España, obviamente. Luego, este mismo Ayuntamiento prohíbe los juegos de pelota en la playa.


Me pareció especialmente acertado el artículo de Arcadi Espada ayer en El Mundo, en el que hablaba de esto mismo referido a las fiestas del barrio de Gracia de Barcelona:


"Como ya habíamos alcanzado la una de la mañana y, fuese por mi alcohol o por el alcohol de la plaza, la música resonaba cada vez más fuerte y desagradable en mis oídos comenté la indignante mas probabilísima hipótesis de una noche en la que uno quisiera dormir, en su casa, en su ciudad, arrullado por sus impuestos, y no pudiera hacerlo ni a dos manzanas. Este tipo de comentarios, repensados, pondrían lúgubre a cualquiera de mi edad. Pero sabes que los hacía ya a los veinte años y me muevo por ellos con una naturalidad máxima. El matonismo produce repulsión a todo hombre civilizado y la acción musical de la masa siniestramente joven, de madrugada, en la plaza del pueblo, es matonismo, insoslayable. Estaba en esos coloquios cuando el joven anfitrión dio la noticia:–Lo peor es que hay una residencia de ancianos que da a la misma plaza. Y además es pública. Deben de pagarla los mismos que pagan el concierto."


Lo mismo que en Chiclana.

sábado, 23 de agosto de 2008

Tragedia





El pasado miércoles se estrelló un avión de Spanair en Barajas con el catastrófico resultado de 153 muertos y 19 heridos, si la información no me falla. Me enteré al poco tiempo de haber ocurrido el accidente y me sentí vivamente impresionado por la noticia, ya que por mi profesión tengo bastante relación con el mundo de las aerolíneas. Alguien en el trabajo consultó una página de internet y dio la voz de alarma, ante lo que se generó un cierto revuelo en la oficina, como es natural. Ahora, los recesos periódicos del trabajo la gente los hace consultando en internet el periódico, la cotización de bolsa o, quién sabe, si los últimos cotilleos del día. Al no meverse del puesto de trabajo parece que siguen trabajando y disimulan la desatención momentánea a sus tareas ante la escrutadora mirada del jefe. Por lo menos no interrumpen el trabajo de sus compañeros con innecesarios paseos a la cafetería par tomarse el enésimo y enervante café.


Volviendo al tema de esta entrada, seguí con interés la evolución de la noticia en varias webs. Es lógico ya que Spanair es un cliente con el que he trabajado bastante los últimos dos años y conozco bien a todos los directivos y los entresijos de la compañía. He decir que la web que mejor información proporcionó desde el primer momento fue la de El Mundo. Mientras El País y ABC daban información de 8 o 10 muertos, El Mundo en seguida empezó a hablar de decenas de muertos y cuando los otros periódicos hablaban de 40 muertos, ellos ya daban más de 140 muertos. Ignoro de qué fuentes obtenían la información o qué hipótesis manejaban los redactores de El Mundo, pero el caso es que acertaron plenamente. Probablemente, arriesgaron más que los demás, que probablemente se nutrían de fuentes oficiales, pero acertaron plenamente.


Ha sido un drama terrible y luego ha venido la explotación periodística del suceso. Es lógico, si se piensa que el morbo de la población se excita con este tipo de sucesos y que siempre es un buen momento para vender más periódicos. Especialmente un mes tan escaso de noticias interesantes como agosto.


Me ha indignado el tratamiento general de la noticia y las especulaciones sobre las causas de la misma por parte de los periódicos. Especialmente nefasto me ha parecido El Mundo, que es el periódico que compro habitualmente. Toda la brillantez que exhibieron el día del suceso en proporcionar la mejor información a sus lectores de internet, la han tirado por la borda con titulares sensacionalistas, como el del día posterior: "La crisis de Spanair desemboca en una tragedia con 153 muertos". El número de víctimas queda oculto detrás de la intención de imputar a la empresa la responsabilidad del desastre.
También ayer acusaban veladamente a la dirección de Spanair de obligar al piloto a despegar aún con el avión averiado. Para ello, utilizaban el encabezado de un comunicado de los pilotos a Lars Nygaard, en aquella época, el director general de la compañía: "Estimado Lars: el caos operativo está poniendo en riesgo el pasaje". Para un lector poco avisado, es decir, la mayoría de ellos, el titular acusa directamente a la Dirección de la compañía de poner en riesgo la vida de los pasajeros. Sin embargo, si se leía dentro, la carta continuaba: "El elevado número de vuelos retrasados, las escalas programadas en tiempos que se escapan a la realidad, la falta de recursos, calidad de medios en tierra, los reiterados AOG's en las flotas, la escasez de tripulaciones y el sistema de movimientos de los tripulantes, para lograr una tripulación concreta, hacen que el sentimiento general sea de caos operativo que hace poner en riesgo el pasaje, razón de ser de Spanair". No se hace ninguna mención a problemas de mantenimiento ni a que haya problemas de seguridad de los vuelos, sino a que el mal servicio que en esos días estaba prestando la compañía podía afectar a su imagen y a la posibilidad de seguir vendiendo billetes en el futuro. Así lo interpreto yo, al menos. Es más, el año pasado Spanair sufrió el retraso en la entrega de un avión que trastocó todos sus planes operativas, causando ese "caos" al que se refería el SEPLA en su carta.
Algo parecido ocurre con el resto de periódicos que insinúan más o menos explícitamente que hay problemas con las revisiones de los aviones, que los pilotos vuelan al límite de sus horarios laborales, que la compañías ahorran en la seguridad. Me parece una irresponsabilidad que, sin conocer las causas del accidente, los periódicos aventuren conclusiones precipitadas que pueden tener consecuencias nefastas para la compañía.
La aviación comercial, aunque una actividad muy segura por la cantidad de controles que hay, no está exenta de riesgo como cualquier otra actividad humana. Y los accidentes ocurren por causas que en ocasiones ninguna actividad humana es capaz de impedir. En tiempos de Homero, habrían dicho que los dioses lo habían determinado mientras descansaban tranquilamente en el Olimpo. La sociedad, alimentada por estos medios de comunicación, no es capaz de admitir las consecuencias de los riesgos que asume. Volar tiene riesgos, pocos, es verdad, pero los tiene y todo este drama de los 154 muertos no debe adelantar conclusiones que sólo una investigación minucionsa y detallada podra determinar. Lo demás es irresponsabilidad, y de momento, pienso que la compañía actuó bien, como en los veinte años de existencia sin incidentes previos. Hasta que se demuestre lo contrario.

sábado, 9 de agosto de 2008

Provenza

Llevamos diez días en Provenza. Llegamos el sábado pasado y hemos estado toda la semana en una casa en Luberon, un parque natural al norte de Aix-en-Provence, cerca de Apt, una comarca con extraordinarias canteras de ocre. Zona montañosa de pueblos colgados de la montaña, lavanda y ocre. La casa en la que hemos estado estaba en medio del campo en una carretera comarcal, en medio de campos de lavanda y de trigo. Relativamente cerca, a tiro de excursión de día, están Aix, Arlés, Avignon y Marsella.

Ahora estamos cerca de Niza, en la montaña y hemos pasado dos días en otro sitio no menos impresionante, el cañón de Verdon. Una impresionante brecha en la roca, horadada por el Verdon a lo largo de 40 km de una profundidad de hasta 750 metros.

Estos días estamos paseando por la Costa Azul: Cannes, Niza, Antibes, St. Tropez. Mar y lujo.

viernes, 1 de agosto de 2008

Vacaciones

Comienzan las vacaciones. Mañana nos vamos a Francia a pasar casi dos semanas. Después habrá playa en Cádiz, aunque yo la interrumpiré unos días para volver al trabajo. Aunque no habrá actividad significativa en el blog, es probable que suba alguna foto o algún comentario sobre nuestro periplo provenzal.

Estaremos de vuelta a pleno rendimiento en septiembre de nuevo.

Consenso no


Recientemente se ha planteado en los medios la conveniencia de que se produzca un pacto entre los dos partidos dominantes en España para atajar de forma más rápida la no-crisis económica que padecemos y que parece que vamos a padecer mucho tiempo. La mayoría de opinantes y encuestados aprobarían un acuerdo entre PSOE y PP al modo de los Pactos de la Moncloa del año 1977. Yo me opongo y voy a explicar por qué.

Creo que un pacto entre PSOE y PP no haría más que prolongar el sistema socialista del que nos dotamos en la transición y que Felipe González expandió de forma implacable en aquellos lejanos tiempos del rodillo que el "gran estadista" aplicó sin piedad (algunos hablan de Aznar como "el franquito" y no dicen nada de FG). La sociedad española necesita salir del marasmo en el que la ha metido la alianza de empresarios, sindicatos y gobiernos, un contubernio en el que todos salen ganando a costa de los individuos, indefensos ante el Estado. Efectivamente, el Estado ha consagrado un modelo en el que unas cuantas empresas se reparten unos mercados altamente intervenidos para generar grandes rentas que benefician a empresarios, accionistas y trabajadores de dichas empresas. La gran mayoría de ciudadanos pagan altos impuestos por malos servicios públicos que permiten subvencionar todo tipo de actividades de las que se benefician sindicalistas y políticos.

Opino que la sociedad sólo aprenderá mediante la experiencia que le permita contrastar los diferentes modelos de gestión económica. Dado que el consenso impide el contraste de modelos, impide a cada uno de los individuos apreciar qué modelos generan un mayor nivel de riqueza y, por tanto, qué políticas son las que mejor contribuyen al progreso social. Lamentablemente, nuestro actual sistema político no nos está permitiendo aprender. Habría que cambiarlo.

Tropa de élite



¿Cuáles son los límites de la violencia que el Estado puede aplicar en la lucha contra la delincuencia? ¿Qué responsabilidad tiene la sociedad acomodada cuyo buenismo protege de alguna manera a los delincuentes? ¿Y los niñatos que comercian con drogas mientras critican los métodos de la policía? ¿Cómo se controla la desmedida violencia de los narcotraficantes y se les procura un futuro a los niños que viven en ese entorno?

Interesante el debate que plantea esta película brasileña sobre el uso de la violencia en la lucha contra la delincuencia, la violencia y el narcotráfico en las favelas de Río de Janeiro. Probablemente el tratamiento del lacerante tema de la violencia ha hecho que esta sea una de las películas que más expectación ha despertado en Brasil en mucho tiempo. Antes incluso de su estreno ya había batido el récord de descargas en internet y, a pesar de ello, ha conseguido un impresionante éxito de taquilla.

La historia está contada en primera persona por el capitán Nascimento, excelentemente interpretado por Wagner Moura. Es un destacado oficial del BOPE, los cuerpos especiales de la policía de Río que quiere dejar el cuerpo porque a raíz del embarazo de su mujer se da cuenta de que no puede seguir llevando la vida de vilencia y riesgo que su trabajo le acarrea. Así, se embarca en la búsqueda de un candidato que le pueda sustituir para que él pueda renunciar a su trabajo. Se mezcla así su historia con dos policías que provienen del corrupto cuerpo de policía de Río y que no aguantan los manejos y connivencias de sus mandos con los narcotraficantes de las favelas.

Para completar la trama, uno de los candidatos a oficial del BOPE, estudiante de sociología en la Universidad, se mezcla con un grupo de estudiantes de la alta burguesía carioca que trafican con droga y cuya ONG de ayuda a los niños de las favelas está protegida por el jefe del narcotráfico de la favela. La relación entre este policía y los estudiantes tendrá consecuencias fatales.

Tal y como se presenta la historia, el director hace que se aprueben los duros y violentos métodos del BOPE. Para ello, no duda en construir una trama un tanto mentirosa que conduce al espectador a reconocer que no hay métodos alternativos en esa lucha, por lo menos a corto plazo.

Difícil problema.