viernes, 1 de agosto de 2008
Tropa de élite
¿Cuáles son los límites de la violencia que el Estado puede aplicar en la lucha contra la delincuencia? ¿Qué responsabilidad tiene la sociedad acomodada cuyo buenismo protege de alguna manera a los delincuentes? ¿Y los niñatos que comercian con drogas mientras critican los métodos de la policía? ¿Cómo se controla la desmedida violencia de los narcotraficantes y se les procura un futuro a los niños que viven en ese entorno?
Interesante el debate que plantea esta película brasileña sobre el uso de la violencia en la lucha contra la delincuencia, la violencia y el narcotráfico en las favelas de Río de Janeiro. Probablemente el tratamiento del lacerante tema de la violencia ha hecho que esta sea una de las películas que más expectación ha despertado en Brasil en mucho tiempo. Antes incluso de su estreno ya había batido el récord de descargas en internet y, a pesar de ello, ha conseguido un impresionante éxito de taquilla.
La historia está contada en primera persona por el capitán Nascimento, excelentemente interpretado por Wagner Moura. Es un destacado oficial del BOPE, los cuerpos especiales de la policía de Río que quiere dejar el cuerpo porque a raíz del embarazo de su mujer se da cuenta de que no puede seguir llevando la vida de vilencia y riesgo que su trabajo le acarrea. Así, se embarca en la búsqueda de un candidato que le pueda sustituir para que él pueda renunciar a su trabajo. Se mezcla así su historia con dos policías que provienen del corrupto cuerpo de policía de Río y que no aguantan los manejos y connivencias de sus mandos con los narcotraficantes de las favelas.
Para completar la trama, uno de los candidatos a oficial del BOPE, estudiante de sociología en la Universidad, se mezcla con un grupo de estudiantes de la alta burguesía carioca que trafican con droga y cuya ONG de ayuda a los niños de las favelas está protegida por el jefe del narcotráfico de la favela. La relación entre este policía y los estudiantes tendrá consecuencias fatales.
Tal y como se presenta la historia, el director hace que se aprueben los duros y violentos métodos del BOPE. Para ello, no duda en construir una trama un tanto mentirosa que conduce al espectador a reconocer que no hay métodos alternativos en esa lucha, por lo menos a corto plazo.
Difícil problema.
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