martes, 15 de marzo de 2011

Japón


Este fin de semana lo he trabajado entero y no he tenido tiempo para nada. Por tanto, no estoy muy al tanto de lo que ha pasado en Japón más allá de saber que ha habido un fuerte terremoto, un tremendo tsunami cuyas imágenes impresionan y un accidente o incidente en una central nuclear que tiene en vilo al planeta periodístico, especializado en crear alarmas para que la gente compre periódicos. De las pocas cosas que he visto o leído en estos días ajetreados, saco estas conclusiones:

  1. Sólo diez mil muertos hasta hoy, como consecuencia de uno de los terremotos más fuertes de los que se tiene noticia, da idea del nivel de desarrollo de Japón y del poder de la tecnología.
  2. Los japoneses son un pueblo admirable en su civilización, urbanidad y disciplina. Capaces de aguantar las situaciones más adversas y sobreponerse a ellas. Ni un asalto, ni un altercado.
  3. Las centrales nucleares son seguras, pues si Fukushima ha resistido lo que ha resistido, podemos estar tranquilos.
  4. Los periodistas se están preocupando más por los hipotéticos muertos por la radiación nuclear que por los muertos reales del terremoto. Es decir, los muertos sólo venden periódicos si no hay vivos a los que asustar.
  5. Los gobiernos europeos han sobrerreccionado ante la alarma nuclear, no se sabe muy bien por qué pues no creo que Alemania sea una zona sísmica y no parece probable un tsunami en el Mar del Norte.
  6. De repente España se ha llenado de expertos en centrales nucleares que hablan del primario, del secundario, del núcleo y demás. Y eso que España es un país con escasa tradición nuclear.

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