El pobre Chusepyuís Pérez Carod (lo de Chusepyuís no es mío, sino de Arcadi Espada en su artículo de El Mundo de ayer) no pudo aceptar que le llamaran José Luis, a pesar de que en Cataluña es práctica habitual traducir los nombres propios españoles al catalán.
Por ejemplo, en Barcelona se encuentran el carrer d'Aragó, la rambla de Guipúscoa, mientras que en nuestras carreteras tenemos que leer Lleida o Girona, en catalán y no en español, como correspondería. Incluso, estos respetuosos catalanistas, llegaron a poner el nombre del rey en catalán en una placa que inauguró él mismo en el año 2004. Se puede ver aquí. Este es el respeto que los nacionalistas catalanes muestran hacia los demás españoles. Y es que de lo que se trata es de que los demás nos sintamos incómodos con esta gente para que al final digamos que no nos importa que se independicen.
El vídeo de Carod. Merece la pena verlo porque retrata al personaje.
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