En los últimos días se ha aprobado después de muchas negociaciones entre los partidos de la izquierda la Ley de Memoria Histórica. Una ley que hace "legal" la historia, interpretada por el Gobierno, no es más que un ejercicio totalitario de inspiración orwelliana. Orwell, en su distopía 1984, describe cómo el Ministerio de la Verdad controla la información y reescribe la historia para adecuarla a sus intereses.
Esta es la situación que ocurre en España con esta ley de Memoria Histórica, es la política quien decide cuál es la historia y manipula la misma para orientar a la opinión pública, poco informada sin duda, hacia sus posiciones. Evidentemente, el Gobierno y sus aliados no se proponen recordar a las víctimas del lado republicano a los cientos de religiosos fusilados sólo por serlo, los desórdenes de todo tipo que ocurrían en las calles, etc.
Algunos buenos artículos sobre el tema: Gustavo Bueno, Luis Racionero, Batiburrillo tiene toda una serie sobre el tema, el otro día Ussía recordaba que su abuelo, Pedro Muñoz Seca no pudo llegar a ser franquista, pues los republicanos lo asesinaron antes de la guerra, y el proyecto de ley, de curioso título.
Un contraste. Un argumento frecuentement utilizado por los partidarios de la retirada de los símbolos franquistas es que en Alemania es ilegal y sería impensable que hubiera símbolos nazis en las calles. El problema, según lo veo yo es que en España, los que perdieron la guerra, no fueron capaces de echar a Franco, ni de traer la democracia a España y tuvo que ser la propia derecha, la aborrecida derecha,. la malvada derecha la que trajo la democracia. Esto es lo que no se pueden quitar de encima y por eso nos toruran continuamente con la guerra.
Miremos hacia delante y construyamos el futuro. Allá los que quieran vivir del pasado y del rencor.
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