Sólo dos entradas he hecho en agosto al blog. Y es que, a pesar de las vacaciones, no he dejado de trabajar casi ningún día. O sea, que no han sido vacaciones sino veraneo, como dice una amiga mía. Lo único que ha descansado ha sido el blog. Porca miseria.
Para recordar esos días de contemplación de la repetitiva monotonía de las olas dejo este vídeo. Es curioso lo aburrida que es la playa y lo que la echamos de menos en cuanto estamos sentados en nuestro despacho de la oficina.
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