Hoy se ha consumado el gran expolio de los españoles a manos de sus gobernantes. El Gobierno de Zapatero ha aprobado el Real Decreto que permite al Gobierno dar hasta 100 mil millones de euros para "salvar" el sistema financiero.
Por un lado, se nos dice que el sistema financiero español es el más sólido del mundo occidental y, a continuación, el Gobierno tiene que dedicar el 15% del PIB a financiar a la banca. Se aduce que el problema es de liquidez del sistema, que los bancos no confían entre sí y que, por lo tanto, no se prestan dinero. Este dinero serviría, por tanto, para "desatascar las cañerías" del sistema financiero nacional. La contradicción salta a la vista.
Al parecer, la banca española debe hacer frente a vencimientos de deuda de 190 mil millones en los próximos tres años. Esa deuda con el exterior ha ido en una gran parte a financiar la compra de activos de dudoso valor en la actualidad. Además de otras cosas, hay hipotecas, suelo rústico comprado por promotores para especular con la recalificación, inversiones en empresas (compras súper apalancadas como las de ACS, Ferrovial, etc.). Si los activos han perdido el valor y sus propietarios empiezan a incurrir en mora en la devolución de sus préstamos, los bancos no podrán recuperar el dinero para devolver las deudas que tienen con los extranjeros. Por tanto, el problema de liquidez de la banca se transforma en un problema de solvencia. Es decir, de quiebra de algunos bancos.
Por tanto, y como prevé el mismo decreto aprobado hoy: hoy entra en vigor la autorización al Ministerio de Economía y Hacienda para la adquisición de títulos emitidos por las entidades de crédito residentes en España que necesiten reforzar sus recursos propios y así lo soliciten, incluyendo participaciones preferentes y cuotas participativas. Zapatero subrayó ayer que se trata de una medida "cautelar" y de "carácter preventivo" para establecer una fórmula que permita recapitalizar las entidades "si fuera necesario", ya que en España no existe una situación de insolvencia.
Y yo me pregunto, si el problema como se dice es que no llega la financiación a las empresas y a las familias, ¿por qué no se arbitran otros mecanismos para que llegue el dinero a los agentes económicos? Una idea podría ser utilizar esta gigantesca deuda pública para bajar los impuestos o arbitrar créditos fiscales para aquéllas empresas y familias que lo requieran.
Algo huele a podrido aquí. Pero nosotros estamos "pa' ayudar".
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