viernes, 3 de septiembre de 2010

Pilar Rahola sobre los Osíges


Escribía Pilar Rahola en La Vanguardia sobre los secuestrados de la osíge liberados recientemente gracias a nuestra graciosa colaboración.

Discrepo de lo que opina sobre el pago del rescate, aunque es comprensible en alguien progre y nacionalista, como ella:

Pero entiendo que el debate sobre negociar con terroristas sea encendido, tanto como que es falaz. Porque no seamos hipócritas, la cuestión nunca es negociar. La cuestión es que no se sepa. Y aunque estamos de acuerdo en que el chantaje terrorista es inaceptable, también lo es asumir la muerte brutal de un ser humano cuando es posible evitarla. Y no nos engañemos: los mismos que ahora critican al Gobierno por la presumible negociación lo habrían destripado si Roque y Vilalta llegan a morir. ¿O es que Rajoy los habría dejado asesinar si hubiera tenido la misma tortuosa salida que ha tenido Zapatero? No hagamos trampas...

Sin embargo. está acertada en su opinión sobre los osíges:

Superado (o aparcado) el debate sobre la negociación, otra cosa es el tema de "Barcelona solidària". Decía que llevo mal las declaraciones de Roque y Vilalta, primero, porque después del lío en que nos han metido, estarían mejor callados. Segundo, porque estos aires de héroe de mochila empiezan a ser cargantes. ¡Por Dios, que no son el obispo Casaldáliga, dedicando su vida a los pobres! Y tercero, porque no he visto ni un ápice de autocrítica. Parece como si tuviéramos que aplaudir las ansias de estos niños pijos de pasearse un rato por el Sahel y quizás aplacar su mala conciencia de clase. Recuerdo que, al final de la transición, uno de esos ricos del PSUC me dijo: "Es muy higiénico manifestarse con los obreros". Y también debe serlo embarcarse en caravanas grandilocuentes por los mapas de la pobreza y repartir el maná como si fueran la versión progre del Domund de la calle Serrano. Pero lo cierto es que la solidaridad no es llevarse de paseo por el desierto a Judit Mascó, o a la mujer del alcalde Barcelona o a los amigos del pan con tomate socialista. Ni eso es solidaridad ni sirve para nada. Montar este tipo de aventuras, seguidas al minuto por internet, tiene que ver con cierto paternalismo progre, mucho más que con resolver los problemas de la gente. Si la aventura, además, acaba con secuestro, meses de angustia, presumible pago millonario, liberación de yihadistas y éxito de Al Qaeda, lo mínimo que se puede pedir es que los liberados se callen. Porque parece que no han entendido lo básico: algunos aceptamos resignados que se haya pagado por ellos. Pero no aplaudimos su irresponsable, inocua y pija aventura solidaria.

1 comentario:

Roberto dijo...

Algunos artículos de Rahola, sobre todo cuando toca estos temas, son espectaculares. Este es buenísimo.