domingo, 19 de septiembre de 2010

Tea Party (II))


Ya escribí hace tiempo sobre esto, pero no puedo dejar de volver sobre el tema. Me sigue sorprendiendo la simplificación que la prensa española hace de la política en EE.UU. Todos los periódicos sin excepción se refieren al Tea Party, el movimiento de base norteamericano como la ultraderecha, los ultraconservadores, los hiperconservadores, etc. Palabras que unen al término conservador o derecha (malo, malo) el prefijo aumentativo que les place para resaltar la maldad que le atribuyen.

Lo primero que habría que aclarar es que los conservadores en EE.UU. no son fascistas como se nos quiere hacer entender por nuestros progres, sino demócratas radicales, seguidores de los padres fundadores y de los principios que un grupo de héroes siguieron para proclamar la primera democracia verdadera de la Historia. El conservadurismo americano reivindica los principios de igualdad, individualismo y derecho a la búsqueda de la felicidad por uno mismo que defendieron contra el Imperio Británico personajes como Washington, Payne, Franklin, Jefferson y tantos otros. Verdaderos defensores de la libertad y de los derechos humanos.

En cuanto al Tea Party, qué quieren que les diga. Como dice Jordi Pérez en su Obama World,

Un detalle final. Aunque desde España parezca una cosa rara, debemos sentir sólo envidia. La capacidad de la sociedad civil americana para hacerse oír es un ejemplo sensacional. Ya podemos reír de los palurdos del Tea Party. Nos pasan la mano por la cara.

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