lunes, 29 de septiembre de 2008
Vuelve el test geográfico
Mises Institute sobre la crisis
Para el que tenga tiempo en interés en saber más de lo que puede leer en los pobres periódicos españoles sobre la crisis financiera, el Mises Institute recopila buenos artículos sobre las verdaderas causas de la crisis. Más allá de que Bush es malo y los banqueros unos codiciosos, que ya sabemos que también.
En uno de los artículos, se dice que la burbuja inmobiliaria norteamericana es la más grande burbuja especulativa de la historia. Y eso sí que da miedo.
When you look at the graph of the Case-Shiller residential real-estate index, an index dating from 1890 to the present and an index which measures the cost of housing in comparison to other goods, the first thing you see is that the 2001 to 2006 bubble stands out like a fifty foot saguaro cactus in a patch of daisies. There simply has never been anything like it before.
When you know what you are looking at — the biggest bubble in history — it is scary.
To be precise, the Case-Shiller Index in its entire 110-year history had never crossed 140 until the recent bubble. In 2006, it reached 210. Every single real-estate bubble in the past has at best been followed by a fall back to at least the 110 level in the postwar era, although the bubble preceding the Great Depression witnessed a fall to 60.
...Produce a lot of something, and it becomes worth less. And given the losses at Fannie and Freddie, the taxpayer guarantee, and the ongoing initiation of Boomer retirement, only the inflation tax will work to pay for keeping Fannie and Freddie afloat.
Like it or not, we are about to enter interesting times, and it is too bad our supposed professional civil servants at the Congressional Budget Office have failed to tell the emperor the truth: that he is buck-naked bankrupt and getting ready to take a lot of people with him.
Our only hope is to (1) accept up front a twenty-percent fall in American living standards for a people living beyond their means for the past twenty-five years on the delusions made possible by fiat money, and (2) simultaneously discipline the creature from Jekyll Island, a.k.a. the Federal Reserve System, not to create new money just to prop up asset-price bubbles.
Malos tiempos para los norteamericanos, que llevan demasiado tiempo viviendo por encima de sus posibilidades. ¿No parece esto similar a España?Más sobre la crisis financiera
Mary Anastasia O'Grady da en este vídeo otras ideas diferentes para salvar el sistema que no costarían tanto a los contribuyentes norteamericanos. Pone como ejemplo el caso de la crisis bancaria chilena de 1982.
Aquí el artículo en Diario de América
Los titulares alarmistas de la prensa a veces nos hacen olvidar que los actuales problemas de Wall Street no son la primera crisis financiera. Latinoamérica ha sufrido más de unas cuantas, algunas de ellas de mayor escala en relación con el tamaño de las economías afectadas.
Una de ellas fue el colapso económico de Chile en 1982. Para un país pequeño fue mucho más grave que lo que sucede hoy en Estados Unidos. El equipo económico de Bush podría aprender de la forma en la que fue manejado.
El plan chileno recapitalizó el sistema bancario y protegió a los depositantes. También minimizó el riesgo moral e impidió una mayor expansión del rol del Estado. El plan preservó el respaldo intelectual para la libertad económica y esto protegió al sistema de libre mercado, el cual a lo largo de los últimos 25 años no solo ha sobrevivido, sino prosperado.
Los testimonios de Hank Paulson y Ben Bernanke ante el Congreso la semana pasada advirtieron sobre una crisis de proporciones bíblicas en el horizonte. El presidente George W. Bush se dirigió al país en cadena nacional el miércoles por la noche para avivar aún más el temor del público.
Esto produjo un resultado predecible. Ahuyentó a los poseedores de dólares en todo el mundo y para el jueves los diferenciales o spreads de crédito se habían ampliado a niveles inusitados.
El plan propone gastar dinero de los contribuyentes para comprar la deuda mala de los especuladores. Al borrar los activos problemáticos de sus balances, la idea es que los nuevos inversionistas estén dispuestos a entrar y recapitalizar los bancos.
Puede ser demasiado tarde para revertir los efectos de la histeria que el gobierno Bush causó la semana pasada. La solución que dejaría que el mercado se encargara de lidiar con el problema, una vez que reciba señales claras de Washington de que no va a aportar más dinero, podría no ser viable. Sin embargo, incluso si se necesita ayuda federal, hay alternativas al plan de Paulson.
El principal problema con comprar activos problemáticos y difíciles de valorar a un banco es que, si el banco desea atraer capital fresco, es necesario que el gobierno pague de más. Aunque el valor de esos activos a la postre podría subir, el contribuyente está expuesto a grandes riesgos, riesgos que realmente corresponden al banco y sus accionistas. El gasto federal también eleva el riesgo de inflación.
Otro problema es que el propio Tesoro se está involucrando en especulación al estilo de los fondos de cobertura. Esto expande el rol del Estado en la economía en un momento en el que reducir tal papel es más importante que nunca.
Una alternativa al plan de Paulson sería proveer préstamos garantizados a las instituciones en problemas como una forma de recapitalizarlas. El colateral en contra de los préstamos serían los activos del banco (presumiblemente activos problemáticos) pero la transacción sería similar a un "acuerdo de recompra". En esta transacción, también conocida como "repo" el acreedor tiene la obligación de recomprar los valores en el futuro para amortizar la deuda.
Chile utilizó este instrumento para recuperarse de su crisis bancaria de 1982. Es cierto que el gobierno intervino directamente en dos bancos, dejando sin capital a los accionistas, reemplazando al equipo de gestión y nacionalizando las firmas. Estos bancos luego fueron reprivatizados en una venta que ofreció incentivos tributarios para alentar a los chilenos a participar en la subasta.
El resto de los numerosos bancos que estaban en problemas fueron tratados de manera diferente. El gobierno suministró préstamos que fueron garantizados por los activos bancarios, en un acuerdo que estipulaba que los bancos recompararían posteriormente esos activos.
Estas recompras tenían ciertas condiciones, incluyendo una cláusula que estipulaba que los accionistas no podían sacar ganancias de la compañía hasta que se pagara el préstamo. Esto significa que a los accionistas se les pidió que entregaran algo a cambio de ser rescatados por los contribuyentes y le dio al banco un fuerte incentivo para recuperarse y devolver el dinero.
Otra ventaja de este modelo sobre el plan de Paulson es que aunque el gobierno chileno tomó los activos de los bancos como colateral contra el préstamo, no asumió la responsabilidad de gestionarlos. Esa tarea quedó en manos del banco.
Claro, fue importante que el gobierno fuera un acreedor subordinado. De otra forma habría sido muy difícil aportar nuevo capital al banco. Sin embargo, si EE.UU. fuera a garantizar préstamos, tal vez no sería necesario que estos tuvieran tasas subsidiadas como en el caso de Chile. Este país estaba en una depresión, en el caso de EE.UU. una tasa de penalización podría ser preferible para asegurar que los bancos usen esta opción como último recurso.
Chile demoró varios años en recuperarse de su crisis bancaria y EE.UU. también necesitará tiempo para librarse de su manía de crédito. La intervención del gobierno puede ser la única opción, pero eso no significa que los contribuyentes deban extenderle un cheque en blanco al gobierno que le permita expandir sus poderes una vez más.
© The Wall Street Journal
El blog salmón también está en contra de este plan de rescate. Y El País hacía referencia ayer al caso de la debacle financiera sueca en el año 92.
A mí todo este plan me suena precipitado, chapucero y caro. Demasiado poder en manos de una sola persona. ¿Corrupción?
domingo, 28 de septiembre de 2008
Sobre el rescate
Tengo sentimientos encontrados sobre el plan de rescate del sistema financiero que planea el Gobierno del malvado Bush. Me parece mal que el Estado, cuya acción debe ser neutral respecto a los actores económicos, según entiendo yo, favorezca a unos respecto a otros. Por ejemplo, por qué favorece el rescate de AIG y deja que caiga Lehman Brothers.
Por otro lado, como acomodado ahorrador y poseedor de ciertos activos en fondos de inversión y de acciones de mi compañía, me favorece que los pobres contribuyentes acudan en mi ayuda y que salven el capital que con tanta suerte he conseguido acumular. He aquí el dilema moral en el que me encuentro.
Creo firmemente que comprar los activos "perjudicados" de los bancos favorecerá en el futuro nuevas burbujas especulativas y, además, consagra la intevención del Estado y de los políticos en la vida de las personas para salvarnos de nosotros mismos. Y eso me parece peligroso a largo plazo para todos. Lo que me ha parecido interesante de las vicisitudes de la aprobación del plan de rescate ha sido la negativa de algunos representantes del Partido Republicano que se oponen a la intervención por ser eso, pura intervención.
Es normal que la gente que ve el desastre financiero o que es afectada por él mire al Estado y le pida soluciones. Es pura ignorancia, sin embargo. El Estado lo único que puede hacer es gastarse nuestro dinero en intentar arreglar un desaguisado que según algunos ha provocado con su exceso de intervención en el sistema. Por ejemplo, Yaron Brook en Forbes, dice que la Administración ha obligado a conceder esos préstamos que ahora nadie puede devolver. La CRA obliga a los bancos a demostrar a las diferentes administraciones que no discriminan a nadie en la concesión de los préstamos. Dado que los bancos tendrían que discriminar a los prestamistas con más riesgo sobre los que tienen menos riesgo implícito, haciéndoles pagar tipos de interés más altos, la ley es nefasta.
Consider the low lending standards that were a significant component of the mortgage crisis. Lenders made millions of loans to borrowers who, under normal market conditions, weren't able to pay them off. These decisions have cost lenders, especially leading financial institutions, tens of billions of dollars.
It is popular to take low lending standards as proof that the free market has failed, that the system that is supposed to reward productive behavior and punish unproductive behavior has failed to do so. Yet this claim ignores that for years irrational lending standards have been forced on lenders by the federal Community Reinvestment Act (CRA) and rewarded (at taxpayers' expense) by multiple government bodies.
The CRA forces banks to make loans in poor communities, loans that banks may otherwise reject as financially unsound. Under the CRA, banks must convince a set of bureaucracies that they are not engaging in discrimination, a charge that the act encourages any CRA-recognized community group to bring forward. Otherwise, any merger or expansion the banks attempt will likely be denied. But what counts as discrimination?
Asimismo, la garantía que Fannie Mae y Freddie Mac daban sobre los préstamos con el respaldo del Estado norteamericano, también producen una falsa seguridad que termina cuando los impagos son imposibles de respaldar por estas entidades semi-públicas. Además, el "genio" de Greenspan alimentó los malos créditos con una política de tipos de interés bajos, falseando claramente el valor futuro del dinero. Nuevamente, las autoridades influyendo en todo este desastre.
Termina el artículo con una irrefutable reducción al absurdo:
Given that our government was behind the wheel, influencing every aspect of the mortgage crisis, it is absurd to call today's situation the result of insufficient regulation.
We do not need more regulation or economic "steering"--laws or bureaucrats dictating to financiers and investors the kind of innovation they may or may not engage in. If that were the solution to economic problems, then Hugo Chavez would preside over the world's healthiest economy in Venezuela. What we need to do is remove the government's power to coerce, bribe, reward and bail out irrational decisions. The unfree market has failed. It's time for a truly free market.
Otro que argumenta en la misma línea es John Redwood en su blog.The Economist dice que hay que apoyar el plan de rescate, aunque sea tapándose la nariz. Arguye el sesudo semanario que el riesgo de la debacle es mayor que el coste del rescate, un 6% del PIB que cuesta el rescate frente al 16% que se tragaría el sistema financiero. Por último, Andy Kessler en WSJ consolaba a los contribuyentes norteamericanos diciendo que el plan de rescate tendría buenos retornos:
But these are small-time deals. My analysis suggests that Treasury Secretary Henry Paulson (a former investment banker, no less, not a trader) may pull off the mother of all trades, which could net a trillion dollars and maybe as much as $2.2 trillion -- yes, with a "t" -- for the United States Treasury.
Algunos también quieren vender sus activos devaluados al Tesoro norteamericano también. Pero no son "too big to fail", demasiado grandes para quebrar.
Por último, todo esto es un poco extraño. ¿Cuántas hipotecas se han dejado de pagar en EE.UU. para provocar esta debacle financiera?
Seguiremos escribiendo sobre esto y recabando opiniones de las que no se leen en los periódicos españoles. Lo siento por los que no hablan inglés, pero probablemente lo único fiable sobre este tema no se puede leer en la prensa española. De los pocos que se desmarcan, como siempre es el denostado Federico.
Homenaje a Paul Newman
miércoles, 24 de septiembre de 2008
A retirar el dinero de los bancos mañana
domingo, 21 de septiembre de 2008
Los pobres al rescate de los ricos
La tremenda crisis financiera que se está viviendo estos días en EE.UU. y las medidas de rescate que el Gobierno norteamericano va a poner en marcha me traen a la cabeza lo que siempre han dicho los pensadores liberales y es que son los pobres los que pagan la renta para que los ricos disfruten. A cambio, el Estado les dará unas migajas de atención sanitaria de baja calidad o una educación de niveles inferiores a los que se podría esperar con el gasto que supone. Los pobres creen que el Estado les saca las castañas del fuego, pero en realidad les saca el dinero para dárselo a los ricos.
Sólo así se pueden entender todas las iniciativas "culturales" en las que se pagan impuestos para que el Estado subvencione actividades culturales a las que sólo acceden clases medias o altas, ya que los mileuristas ni entienden, ni quieren, ni pueden atender a los acontecimientos subvencionados. Ejemplos son el Teatro Real de Madrid, que costó 22 mil millones de pesetas construir para que los ricos de Madrid disfruten de la ópera, o la reciente iniciativa de Esperanza Aguirre con el Teatro del Canal, o las subvenciones a productores y directores de cine, por citar algunas.
Ahora con la crisis financiera, es igual. Los pobres norteamericanos destinarán parte de sus impuestos a salvar los ahorros en sofisticados instrumentos financieros de clases medias y altas que son las que se pueden permitir invertir en esos activos. Es muy probable que haya pocos "mildolaristas" que hayan invertidos en fondos de inversión hipotecarios como los que han quebrado estos días. Las medidas tomadas seguramente generarán inflación, además de alentar a seguir creando espirales especulativas de forma irresponsable y a que unos cuantos se forren, generarán inflación y paro que sufrirán los más pobres.
Y todos se ponen muy contentos: socialistas y conservadores, demócratas y republicanos. Este sí que es el verdadero expolio de los pobres por parte de los ricos.
sábado, 20 de septiembre de 2008
Sala i Martín sobre Obama
Xavier Sala i Martín pone al descubierto las contradicciones de Obama:
Obama es el más atractivo
Tiene el movimiento elegante de Tiger Woods, la belleza aristocrática de Denzel Washington, la simpatía contagiosa de Michael Jordan y la destreza verbal de Martin Luther King.
Barak Obama, el primer candidato afroamericano a la presidencia de los Estados Unidos, posee un extraordinario atractivo personal que le convierte en el favorito de todas las encuestas (sobre todo las que se hacen en Europa). Ataviado siempre con un traje oscuro, una camisa blanca, una corbata roja o azul y un pin de la bandera norteamericana en la solapa... ¿Qué? ¿Un pin con la bandera Norteamericana? ¡Pero si hace unos meses Obama decía que eso de los pins era un abuso que los republicanos hacían de la bandera con objetivos partidistas y se negaba a ponerse el que le regalaron el 11 de Setiembre! ¿Cómo es que ha decidido volver a ponérselo?
Curioso. ¿No creen? De hecho, igual de curioso que toda una serie de transformaciones que el carismático candidato ha ido experimentando últimamente: hace sólo tres meses Obama era una especie de mesías de izquierdas adorado por toda la progresía del mundo (sobre todo la europea) y ahora parece que el mesías está abandonando a sus fieles y abraza posiciones más de centro liberal.
Cuando era de izquierdas hace tres meses, Obama se oponía vehementemente al tratado de libre comercio que los EEUU tienen con Canadá y México (los progres piensan que la globalización perjudica a los trabajadores de los países ricos porque se llevan los puestos de trabajo a los países pobres por lo que todo político de izquierdas debe oponerse al libre comercio). Ahora que es moderado, dice que el tratado comercial de países norteamericanos se debe cumplir y que el comercio es beneficioso para la sociedad.
Cuando era de izquierdas hace tres meses, Obama se oponía a la ley FISA (ley de espionaje e inteligencia extranjero) que pretendía perdonar a las compañías de telecomunicaciones que espiaron a ciudadanos americanos después del 11 de Setiembre. Ahora que es moderado, votará a favor de la ley.
Cuando era de izquierdas hace tres meses, Obama se comprometió a no utilizar fondos privados para financiar su campaña electoral (ya se sabe que la progresía no tolera la financiación privada de campañas electorales). Ahora que es moderado (e inmensamente rico, gracias a las donaciones privadas, dicho sea de paso), ha renegado de su promesa.
Cuando era de izquierdas hace tres meses, dijo que, a diferencia de Bush, él se reuniría con todos los presidentes del mundo (incluido el iraní Almadinejad, o los hermanos Castro) “sin condiciones previas”. Ahora que es moderado, apunta que toda reunión internacional requiere una “preparación”.
Cuando era de izquierdas hace tres meses, Obama decía que los impuestos sobre la renta debían subir para financiar, entre otras cosas, una seguridad social universal. Ahora que es moderado, propone recortes impositivos “para las clases medias”.
Cuando era de izquierdas hace tres meses, declaró que la ley que prohibía portar armas en Washington DC era plenamente constitucional. Ahora que es moderado y que el tribunal constitucional ha rechazado esa ley, ha declarado que la corte suprema tiene razón.
Cuando era de izquierdas hace tres meses, Obama dijo que nunca podría repudiar a su pastor, el Reverendo Jeremias Wright, por más discursos racistas que pronunciara desde su púlpito. Ahora que es moderado, lo ha repudiado sin ninguna contemplación.
¡Ah! Y no nos olvidemos de lo mejor: cuando era de izquierdas hace tres meses, Obama prometió que los Estados Unidos saldrían de Iraq “16 meses después de su llegada a la presidencia”. Ahora que es moderado, dice que sólo se irán cuando “Iraq esté estabilizado y haya seguridad en todo el país”.
En sólo tres meses, el candidato Barak Obama ha experimentado un cambio copernicano. ¿A qué se debe semejante mutación? Pues una de dos: o bien ha recibido la visita iluminadora de algún arcángel que le ha hecho ver la luz… o su estrategia para alcanzar la Casa Blanca pasa por moderar sus posiciones progresistas radicales. Yo, que no soy muy dado a creer en visitas celestiales, más bien me inclino a pensar que esa cínica y alarmante falta de principios corresponde a una estrategia claramente estudiada.
Por un lado, Obama sabe que para ganar las primarias, un candidato demócrata tiene que hacer ver que es muy de izquierdas porque en las primarias sólo votan los militantes más radicales. Para ganar las elecciones generales, sin embargo, el mismo candidato tiene que moverse hacia el centro porque los votos de la izquierda los tiene ya asegurados. Es decir, los votantes radicales que le auparon hacia la candidatura creyendo que se iría de Iraq enseguida, nunca votarán a McCain por más que Obama los traicione y diga ahora que se quedará en Iraq el tiempo que haga falta; conclusión: a traicionarlos. Al no poder perder votos por la izquierda, la estrategia óptima es ir lo más a la derecha posible para poder arañar los votos de los republicanos más moderados.
Vieja entrada.
Repasando las entradas al blog, encuentro ésta que se había quedado en borrador y que me parece de actualidad todavía, pues el PP en la interminable busca del centro sigue sorprendiendo a propios y extraños. Llegará un día en que gobernarán "los nuestros" para hacer la política de "los otros". Pero serán los nuestros. No deja de sorprenderme la vacuidad de los discursos de Rajoy últimamente. Le acabo de escuchar en la radio un extracto de su discurso en el congreso del PP de Madrid. Dice algo tan intelectualmente poderoso para solucionar la crisis económica como: La soberbia y la inacción no conducen absolutamente a nada salvo a multiplicar los problemas, que es en lo que hoy se ha convertido el Gobierno de España" o “Hay que tener ideas, valentía, coraje y determinación y aquí no hay ni ideas, ni valentía, ni coraje ni determinación”. ¿Qué ideas? No sé si cuando se refiere a ideas, valentía, coraje y deterrminación se refiere al Gobierno o a sí mismo.
jueves, 18 de septiembre de 2008
El accidente de Spanair
El País ponía antes del vídeo del accidente un anuncio de viajes que terminaba con un invitador "¿Hemos despertado tus ganas de viajar?"
No había visto la intervención de la ministra hasta hoy. ¿Hasta cuándo tendremos que aguantar a esta gente?
Si eres grande estás salvado
miércoles, 17 de septiembre de 2008
Oxímoron
martes, 16 de septiembre de 2008
CRISIS
Tremendo batacazo bursátil ayer debido a la quiebra de Lehman Brothers (como decía hoy un tertuliano de esos que no saben de qué hablan, Lehman and Brothers). Da miedo pensar en lo que puede pasar en España, pues según se lee en muchos artículos y estudios, nosotros también tenemos nuestros subprime y nuestros "ninjas" (no income, no job, no assets), que son los mileuristas. Así lo cuenta Rocío Albert en Negocios.
Uno de los columnistas del WSJ es optimista a pesar del desastre ya que cree que se está reestructurando el sector financiero de forma espontánea y sin la intervención de las instituciones gubernamentales. Aunque dice que todavía queda mucho por pasar mientras baje el valor de los activos.
Ricardo Martínez Rico, presidente de Equipo Económico, la consultora que fundó Montoro antes de volver al chollo político, da algunas recetas para España y confía en la economía estadounidense por su extraordinaria flexibilidad para innovar y mover a la gente de un sector a otro.
Yo sigo recomendando el análisis de Alberto Recarte en Libertad Digital. Se miran con detenimiento los datos de endeudamiento de los bancos y cajas españolas y da miedo. Y cuando todo el mundo dice que nuestro sistema financiero está a salvo, ¿debemos fiarnos?
Por cierto, no entiendo por qué si la crisis viene de los USA nadie hizo nada hace un año. Y nadie lo pregunta.
Obsceno
El sábado leí estupefacto en El País la crónica de la sesión de evaluación de idoneidad de los nuevos miembros del CGPJ. Los políticos de PSOE y PP estaban muy satisfechos con su magnífica elección del vergonzante pacto "por la Justicia" y no han examinado a los futuros vocales. En lugar de preguntar por su trayectoria, por aquél momento en el que tomó una decisión polémica, por sus escritos, por su conocimiento de la Constitución, por las empresas en las que pudiera haber participado, despacharon la sesión con frases como:
"Su idoneidad es indiscutible"; "le agradezco su brillante y sincera exposición"; "usted es la esperanza de regeneración del Consejo saliente"; "usted es una de las personas que mejor sabe cómo funciona la Justicia"; "ha sido un acierto proponerle"; "usted está particularmente cualificado"; "vamos a hacer un equipo que regenere el Consejo"...
El remate fue con Margarita Uría, la del PNV, a la que no le preguntaron nada porque "es de la casa". Verdaderamente, obsceno.
sábado, 13 de septiembre de 2008
In-Justicia
No entiendo de juzgados, de procesos ni de reglamentos judiciales. Lo que entiendo es que aparte de la mayor o menor competencia del juez y por lo que he oído a otros jueces de las diferentes asociaciones judiciales, los medios con los que cuentan los jueces para hacer el trabajo de seguimiento de la ejecución de las penas son escasos por no decir inexistentes. Supongo que el juez puede organizar mejor o peor a sus funcionarios del juzgado y puede idear algunas soluciones para desempeñar mejor sus responsabilidades. Sin embargo, un juez es un funcionario al que no se le forma ni se le exige en el examen de acceso a la carrera dotes de gestión ni de organización. La administración, el Estado debería dotar de herramientas, procedimientos de gestión y mecanismos de control a los jueces para evitar estos problemas.
Esa responsabilidad es de la Administración y son los políticos de los dos partidos que han gobernado los que no han hecho nada para arreglar la situación de los juzgados españoles. Por eso Zapatero y Rajoy son unos hipócritas y unos demagogos que echan culpa a un juez (seguramente abrumado por las consecuencias de su inacción) de su propia incompetencia en modernizar una de las pocas funciones que tiene que conservar el Estado en una democracia liberal.
No se rasga las vestiduras Zapatero de la incompetencia judicial y policial que deja libre a un preso como Rodríguez Menéndez. Exijamos la responsabilidad a nuestros políticos.
viernes, 12 de septiembre de 2008
Obediencia
Hace tiempo en un curso vi este fragmento de la película I como Ícaro en el que se muestra el experimento de Milgram. Este experimento analiza la asunción de roles y la obediencia de órdenes provenientes de alguien con autoridad. El resultado del experimento es espeluznante y demuestra cómo los seres humanos somos capaces de traicionar nuestros principios y valores para cumplir con los preceptos que ordena la "autoridad".
Ya hace tiempo que traté este tema y me refería a este concepto que trataba Hanna Arendt en su estudio Eichmann en Jerusalén (I y II)
Esto no es privativo de los nazis o de los militares, sino que afecta a todos los seres humanos sometidos a algún régimen de autoridad y que temen las consecuencias de no seguir las órdenes que ésta les da. Es típico en el mundo de la empresa en el que la codicia o el mantenimiento del status puede hacer que las personas tomen decisiones perjudiciales para otros individuos, llegando incluso a la crueldad.
El fragmento de la película de Henri Verneuil.
martes, 9 de septiembre de 2008
Sarah Palin
Se ha comentado mucho el discurso de la candidata a vicepresidenta de EE.UU. con McCain, Sarah Palin. Como no te puedes fiar de lo que lees en la prensa, lo mejor es ver las cosas por uno mismo y juzgarlas sin intermediarios que mediatizan la opinión. Aparte de las presentaciones de la familia, ese toque "paleto" de norteamericano medio que tanto nos sorprende a los europeos, creo que el discurso tiene cosas muy interesantes y ya me gustaría que alguien en España dijera cosas similares.
En este vídeo que cuelgo a partir del minuto 5 habla de conseguir la independencia energética de EE.UU. Para mí es uno de los aspectos estratégicos más importantes de los próximos años y algo sobre lo que tienen trabajar los gobiernos de los países occidentales. Si no fuera por la dependencia energética delos árabes, de los rusos y de los venzolanos, ¿de qué íbamos a estar preocupados por lo que hagan esos países? Serían irrelevantes en el concierto internacional de naciones y no nos tendrían atemorizados como se ha demostrado en las últimas semanas con Rusia y Georgia. O con la financiación de terroristas e integristas por parte de los árabes.
Y luego critica las subidas de impuestos que propone Obama.
Voto e impuestos
Leo que el Ayuntamiento de Madrid tuvo un déficit fiscal de más de 1500 millones, cosa de la que se queja el alcalde diciendo que la financiación local es insuficiente. A eso le ha respondido Solbes diciendo que tienen que ser "los madrileños que votaron a Gallardón los que paguen el déficit".
Quizás lo único bueno de esta no-crisis que estamos viviendo es que va a desenmascarar a los buenos y malos gestores públicos. En este caso, el señor Gallardón, tan altivo y soberbio con sus proyectos para transformar Madrid de "poblachón manchego" (sic) en metrópolis olímpica, empieza a descubrir que las obras hay que pagarlas y que el dinero no sale de debajo de las piedras. Ahora se va a tener que enfrentar a la dura realidad de que para hacer esos proyectos megalómanos va a tener que explicarle a los madrileños que hay que pagar más impuestos. Entonces a ver quién le vota. Si fuera inteligente y no un demagogo de tomo y lomo, Gallardón pondría medidas recaudatorias impopulares, pero efectivas. Por ejemplo, no entiendo por qué los madrileños que vivimos dentro de la M-30 tenemos que pagar más de 3 mil millones de euros en reformar una carretera de circunvalación que usan los que viven fuera. Puede poner un peaje de uso de la M-30 y que parte de ese dinero lo paguen los usuarios y no sólo los contribuyentes.
Por otro lado, sería gracioso si no fuera patético, que Solbes le eche la bronca a Gallardón y a los madrileños cuando se traga sapos mucho mayores de las Comunidades Autónomas como Cataluña y Andalucía. Y de acuerdo con la doctrina Solbes, me apunto a no pagar ni un céntimo de la deuda y déficit del Estado porque no he votado a Zapatero. Con gusto pago lo de Gallardón si me libro de lo de Solbes.
lunes, 8 de septiembre de 2008
Continente
martes, 2 de septiembre de 2008
Cortina de humo
Con esto intentan tapar esto otro. Y conseguirán tapar las dos cosas. El debate sobre el aborto no existirá porque el PP dirá que "no toca" y la conjura de los "novios de la muerte" despenalizará el aborto completamente.
Las recetas contra la crisis no las habría diseñado mejor Franco. ¿No les suena eso de la repoblación forestal?
Excelente el informe en Alberto Recarte en Libertad Digital.
lunes, 1 de septiembre de 2008
Añoranzas
Una de las consecuencias del desgraciado accidente de Spanair ha sido la brusca aparición de los defensores de la estatización como el remedio de todos nuestros males. Leí con estupefacción el otro día este artículo de Juan Francisco Martín Seco en La Estrella Digital.
Se le ha olvidado que Iberia, cuando fue pública y antes de su privatización, llegó a necesitar 120 mil millones de pesetas para su reflotación por el desastre de la gestión de sus gestores estatales, probablemente maniatados por los políticos de turno. El carácter público de la aviación en España no impidió que hubiera accidentes, como el de 1983 en el que murieron más de 90 personas por una colisión entre aviones de Iberia y Aviaco. Ambas públicas, hay que recordar. Y es que, como decía el otro día, no hay ser humano que sea capaz de anticipar y, por tanto, prevenir, los cúmulos de circunstancias que se producen en un accidente de este tipo.
El artículo en cuestión:
La liberalización de las líneas aéreas Juan Francisco Martín Seco “El ser social determina la conciencia”. Hace bastantes años que lo proclamó Marx y, en muy buena medida, tenía razón. Son los intereses -en primer lugar, los económicos- los que alumbran los discursos. Solo esto explica que podamos seguir manteniendo ciertas doctrinas y defendiendo determinadas posiciones que se han demostrado totalmente falsas. Es inconcebible que después de tantos años y fracasos continuemos asumiendo como axiomas incuestionables la globalización y la liberalización de los mercados. Un accidente, y más si es de aviación, siempre es un hecho complejo en el que con toda probabilidad interviene un gran número de factores. Sería por tanto una osadía aventurar la causa o causas de la tragedia de Barajas, pero de lo que no cabe duda es de que el proceso de liberalización de las líneas aéreas, con la supresión de las compañías de bandera y el nacimiento de las de bajo coste, incrementa la desconfianza y nos introduce en un mar de dudas. Esos bajos costes solo pueden provenir de una peor calidad del servicio, de la que no se librará la seguridad, y de un ahorro en gastos de personal, que también afectará a su cualificación y, por ello, de nuevo a la seguridad. En estas condiciones resulta difícil saber quién es quién, quién está detrás de cada compañía, por qué situación está pasando y cuáles son sus medios y procedimientos. Total, que antes de sacar un billete de avión vamos a tener que hacer una tesis doctoral o un proceso de investigación, y ni siquiera eso nos valdrá porque cuando hayamos creído encontrar la compañía ideal puede ocurrir que esta haya decidido fletar el avión a otra con tripulación incluida.
(Piensa Martín Seco que el ahorro de costes merma la calidad. Es al revés, el ahorro de costes estimula la calidad y la eficiencia. Y eso de que aumenta la desconfianza no parece ser cierto, cuando cada vez más y más millones de personas vuelan en aerolíneas de bajo coste. El servicio de las aerolíneas de bajo coste no es ni bueno ni malo, sino que es el que sus clientes demandan. Mucha gente está dispuesta a renunciar a algunas comodidades de una aerolínea tradicional a cambio de pagar un menor precio. Pero la cuestión no es esa, sino que los bajos costes de las aerolíneas de bajo coste vienen de una mayor simplicidad de la gestión y una mayor eficiencia y rapidez en la ejecución de los procesos y en la toma de decisiones.)
Se dirá que para eso están los organismos reguladores. Pero, he aquí otra paradoja. Primero quitamos la responsabilidad al Estado con el pretexto de que no nos fiamos de su eficacia, y después le hacemos responsable de una tarea harto más difícil. El Gobierno, mal que bien, era capaz de garantizar el funcionamiento adecuado de una compañía, la de bandera, que era pública, y si no, al menos sabíamos a quién teníamos que exigir responsabilidades. Ahora, después de haber privatizado prácticamente todo, se pretende que con unos servicios descapitalizados como los que constituyen la Administración actual, y en la que todas las actividades se externalizan, se pueda controlar el funcionamiento de todas las compañías.
(Es curioso, porque piensa el ilustre intervencionista que los ciudadanos le pueden exigir a los políticos por la mala gestión de las compañías públicas. No le basta con los miles de ejemplos de compañías públicas que siguen vivas y los políticos en sus puestos a pesar de la gestión nefasta. Ejemplos notorios son RTVE, Iberia en sus tiempos de empresa pública, Renfe, Telefónica cuando era pública que no era capaz de instalar los teléfonos, y un largo elenco. A los políticos es imposible exgirles ninguna responsabilidad por nada porque son otros los criterios que utiliza la gente a la hora de determinar su voto.)
El colmo de la ingenuidad (o del interés, que nunca se sabe) es creer que la solución radica en convertir la Dirección General de Aviación Civil en agencia. Tal planteamiento obedece a una mentalidad mágica de la Administración, que considera que todo se arregla con modificar la naturaleza jurídica del servicio administrativo correspondiente. La experiencia dice más bien lo contrario, que ese proceso centrífugo de crear entes, organismos reguladores, fundaciones, agencias y demás engendros administrativos nunca ha solucionado nada, más bien lo único que ha conseguido han sido mayores cotas de descontrol político y administrativo, con un riesgo añadido de arbitrariedad y corrupción.
(En esto, sí estoy de acuerdo con él. Piensan los políticos que por cambiar el nombre de un organismo van a arreglar los problemas o que creando una subcomisión parlamentaria como ha propuesto el también intervencionista PP va a mejorar la seguridad aérea. )
Aunque esto no puede ser un consuelo ni una justificación, es necesario poner en contexto el accidente y refutar a todas las voces periodísticas que nos amedrentan ahora con la seguridad aérea en España. En Barajas hay unos 40 millones de pasajeros actualmente. Supongamos que en los últimos 25 años la media de viajeros que han pasado por Barajas haya sido de 20 millones por año. Eso quiere decir que han pasado 500 millones de pasajeros por el mayor aeropuerto de España. 154 muertos en 25 años es una tasa de seis muertos por cada mil millones de pasajeros. Creo que es una tasa de fallo más que aceptable.
Ya he vuelto.
Vuelta al tajo
Para recordar esos días de contemplación de la repetitiva monotonía de las olas dejo este vídeo. Es curioso lo aburrida que es la playa y lo que la echamos de menos en cuanto estamos sentados en nuestro despacho de la oficina.