Ayer estuve en Bilbao y, aprovechando el enorme retraso que tuvo el avión de Iberia (salió a las 10 cuando debía haber salido a las 7 y media), no sé si por causa de los pilotos o de quién, leí varios periódicos como hago siempre que viajo. No pude resistirme a arrancar y guardar una página de la sección local de Vizcaya (Bizkaia, para ser más modernos) de El Mundo en la que se contenían dos noticias: una curiosa y otra pavorosa.
La primera, en la página 19, hablaba del tremendo éxito del olentzero en su casa de Munguía, que le está obligando a hacer horas extra. El olentzero es el Papá Noel vasco, que como todo lo vasco ancestral, mitológico y rural, es un carbonero que le trae regalos a los niños vascos. Es curioso, porque en muchos sitios del País Vasco se ven muñecos con boina y chaleco negro, que "adornan" las Navidades vascas.
Pasaba uno la página y se encontraba con la desoladora realidad de la mafia sindical nacionalista en su sección comercio. El titular: "Delegados sindicales recorren varias zonas de Bilbao para ver que ningún comercio abre en festivo". Recuerda a la mafia de Chicago que hemos visto en tantas películas: la mafia no recomienda abrir si no tienes la protección adecuada.
Más preocupante era el desarrollo de la noticia:
- delegados de ELA (PNV), LAB (Batasuna), CCOO y UGT recorrieron las calles de Bilbao para evitar la apertura de establecimientos en domingos y festivos,
- lucían pegatinas con el lema "Aquí no. Jaietan denok Jai" (Todos los festivos fiesta)
- "denunciamos los intentos por parte de algunas empresas y asociaciones de comerciantes de reventar el domingo como día festivo",
- incluso se pararon ante un comercio chino al que le pidieron que también ellos respeten los días festivos (estos vascos no saben que los chinos trabajan como ídem y no tienen festivos),
- "lo tenemos clarísimo, aquí no se abre ningún domingo, ni ningún festivo, por mucho que haya ocho aperturas concertadas. Tanto el consumidor, porque el 85% opina que aquí no es necesario que se abra, como las asociaciones de comerciantes, están de acuerdo con los sindicatos"
- es algo que nos diferencia del resto del Estado y quieren, tanto ellos como nosotros, seguir en la misma línea
La vida en el País Vasco oscila entre la mitología y la amenaza, lo festivo y el respeto coactivo del festivo. Triste.
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