He pasado unos días en Roma de vacaciones con la familia y no he tenido acceso a mucha información sobre la guerra entre Israel y los terroristas de Hamas. He visto algunos informativos de la TV italiana y otros de la infecta TVE internacional (alguien se debería preguntar alguna vez para qué sirve la TVE internacional y cuánto dinero nos cuesta). Todos, unánimes, critican la brutalidad de Israel, desinforman a la población con los números de víctimas y demás propaganda pro-terrorista, pro-islamista y antioccidental.
Hoy, recién llegado, he tenido acceso a las habituales fuentes de información, más amplias que la monolítica información izquierdista que dominan el panorama general de los medios.
Me ha parecido muy bien traído este ejemplo de Pascual:
Ya sé que el ejemplo resultará surrealista, pero hagamos un pequeño esfuerzo. Si en los últimos tres o cuatro años Andorra hubiera lanzado 5.000 cohetes contra ciudades y villas del Pirineo francés, si en la última semana hubiera lanzado 200 de esos cohetes. Si, además, el Gobierno de Andorra hubiera venido manifestando durante ese tiempo su voluntad de no detener los ataques hasta destruir Francia (por ridículo que esto pueda parecer), si los franceses de las villas cercanas a Andorra vivieran a golpe de sirenas, con 30 segundos tras cada aviso para ponerse a salvo en el refugio más cercano… si algo tan bizarro se produjera, todo el mundo podríamos estar seguros de algo: Francia acabaría entrando en Andorra y removiendo cielo y tierra hasta que la amenaza hubiera sido reducida.
En los medios occidentales se oculta que la mayoría de los muertos son terroristas de Hamas y que muhcas de las víctimas civiles son provocadas por los propios palestinos que sitúan las lanzaderas de cohetes en zonas residenciales, un crimen de guerra de los propios palestinos. Archipiélago Duda pone el dedo en la llaga de la manipulación de los medios españoles con su análisis de los titulares del domingo.
Y Hermann Tertsch, valiente, dice lo que muchos piensan pero no se atreven a escribir. Merece la pena leerlo entero.
Ya se ha producido la tan temida como previsible catástrofe. Después de la ruptura unilateral de la tregua por parte de Hamás y sus continuos ataques con cohetes y morteros contra el territorio meridional israelí, tras una larga serie de advertencias a las autoridades de la Franja de Gaza para que pusieran fin a los ataques terroristas, el presidente israelí, Simon Peres pidió hace días encarecidamente a la población de Gaza que impidiera a los terroristas provocar la situación que lo hiciera inevitable. Al final, Israel ha tenido que responder. Y lo ha hecho con contundencia. Ha destruido prácticamente todos los edificios de la policía y las milicias de Hamás, depósitos y túneles por los que se introducen en Gaza las armas. Por supuesto que ha habido víctimas civiles. Porque muchos de los arsenales están en sótanos de casas de miembros y líderes de Hamás. Porque todo el terrorismo islamista se arropa en civiles, cuyas muertes para ellos son una bandera. Pero quien vea el mapa de las operaciones realizadas sabe que el esfuerzo de las fuerzas israelíes por evitar víctimas civiles palestinas es tan denodado como el habitual de los terroristas de Hamás por matar al mayor número de civiles israelíes. Sólo la ignorancia, la mala fe y la militancia antiisraelí de los medios de comunicación -en nuestro país ya grotescos- pueden inducir a hablar, como se ha hecho, de «ataques masivos». Quien conozca un poco Gaza, una de las regiones más superpobladas del mundo, sabe que un ataque «masivo» habría provocado muchos miles de víctimas. Y no 280, en su mayoría hombres adultos y en gran parte uniformados.
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Pero esto da igual no sólo a los medios de comunicación, también a las organizaciones políticas o humanitarias y a tantos políticos de derechas e izquierdas, a los que tan fácil les resulta condenar un bombardeo ante la opinión pública. Eso siempre confiere «caché» humanitario. Han callado durante todo el tiempo en el que Hamás ha generado una situación que hiciera inevitable la tragedia.
El hecho cierto es que el terrorismo ha tenido un éxito parcial aquí en España, como saben quienes lo denunciamos, quienes lo niegan y quienes directamente se han beneficiado de ello. Aquí el éxito del terrorismo ha supuesto privilegios para sus simpatizantes y amigos secretos o la debilidad de la idea nacional en beneficio de otros nacionalistas. En Israel la amenaza es directamente existencial y pone en peligro su propia existencia como Estado. La creación de un Estado terrorista en Gaza en los últimos tres años y su creciente capacidad de paralizar el sur israelí pone en cuestión la propia viabilidad del Estado de Israel. A ojos de los israelíes pero ante todo a ojos de los cientos de millones de islamistas, árabes o no, que han convertido la destrucción de Israel en el centro de su existencia. Israel no puede vivir con gran parte de su población enterrada en refugios día sí, día también, porque Hamás o Ahmadineyad quiera. Acabaría toda Israel igual y ese gran estado no se erigió en su día para ser un gran Lager bajo tierra con los SS islamistas desfilando encapuchados sobre sus campos.
Esperemos que Israel doblegue a Hamas, por el bien de todos nosotros, los europeos, digo. Israel es el muro de contención contra el islamismo terrorista y con ellos nos jugamos parte de nuestro futuro en libertad.
2 comentarios:
¡CINICO COMENTARIO ALENTADOR DEL GENOCIDIO!
Hasta los genocidios se han devaluado en esta época de crisis. En el siglo pasado, un genocidio era el judío, el armenio. Ahora cuatrocientos muertos son un genocidio. Y eso que más de 300 son terroristas de Hamas.
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