Encuentro por casualidad este artículo en El Revolucionario, un digital de izquierdas ecuatoriano en el que dice lo siguiente sobre Carod Rovira, a raíz de su reciente viaje a ese país para subvencionar a los indios amazónicos.
Con una crisis económica galopante en la Madre Patria, y con una región catalana casi en bancarrota, el presidente catalán José Montilla, del socialdemócrata PSOE, pidió austeridad a sus administraciones públicas. Sin embargo, el vicepresidente José Luis Pérez Carod, más conocido como «Josep Lluis Carod Rovira» (nombre que ha adoptado este español converso a la derecha extravagante no alineada del nacionalismo fraccionario neofeudalista), presidente de la formación ultranacionalista étnica ERC («Esquerra Republicana de Cataluña», pero no se dejen engañar por lo de «esquerra», se trata de un grupo pequeñoburgués, nacionalista étnico, racista, hispanófobo y procapitalismo del bienestar keynesiano), acaba de aprobar una subvención de casi un millón de dólares estadounidenses, pagadas con impuestos públicos de los españoles residentes en Cataluña, incluídos aquellos catalanes que son y quieren seguir siendo españoles, para diversas entidades indigenistas ecuatorianas. Pero no es dinero para ayuda al desarrollo, ni para la recogida de alimentos ni víveres para nuestros ciudadanos indígenas, ni para la creación de escuelas, hospitales o centros de trabajo y aprendizaje. No, Carod lo envía para promover las lenguas indígenas frente al español.
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La enorme subvención de Carod a las lenguas indígenas tienen un fondo racista innegable: Carod odia a España (se odia a sí mismo) y odia a la Hispanidad, o sea, a todos nosotros, los iberoamericanos. Por ello, promueve las lenguas indígenas no por generosidad histórica o por resarción de pecados pasados, sino para mantener fuera de la civilización y fuera de las posibilidades de la misma a numerosos ciudadanos de diversos países iberoamericanos, de la misma forma en que lo hace el imperialista Instituto Lingüístico de Verano estadounidense, que promueve las lenguas indígenas mediante la publicación de la Biblia en cada una de esas lenguas, en muchos casos inventadas.
Carod, con dinero de los impuestos españoles, es un imperialista colonialista depredador en el sentido más literal de la palabra: aquel que pretende expandir su influencia mediante el mantenimiento o empeoramiento de la forma de vida de los conquistados y sometidos. Para Carod, una Iberoamérica y una España fraccionadas en diversas lenguas indígenas, que sea incapaz de entenderse entre sí gracias al idioma español (hablado por casi 500 millones de personas en todo el mundo), es más fácilmente dominable, devido a la máxima ya antigua «Divide y Vencerás» y más fácilmente explotable. Este Imperialismo Depredador, típico de potencias imperialistas clásicas como Holanda, Francia, Portugal o Inglaterra, entre otras, es el seguido por el gobierno neofeudalista catalán, que así pretende extender su dominio pequeñoburgués allá donde tenga oportunidad.
Carod ha estado promoviendo la «visión catalana del mundo» en México, Ecuador, Estados Unidos de Norteamérica, Canadá, Japón, India, Israel, Francia, Alemania, Reino Unido, Marruecos y Jordania. En realidad, lo que expande es la hispanofobia neofeudalista y racista, que promueve allá donde esté, y con dinero público, el separatismo y el nacionalismo étnico. Carod llegó a asegurar en Ecuador que «cuando muere una lengua muere una visión del mundo», y puso a Cataluña como ejemplo a seguir de convivencia plurilingüística.
Cuando los periodistas le preguntaron por la persecución lingüística que el nacionalismo catalán hace del idioma español en Cataluña (se sanciona económicamente a los comercios que rotulan en español, se evade el estudio del español en la escuela incluso en el recreo de los niños, se retiene en «aulas especiales» a los niños inmigrantes hispanoparlantes para que se familiaricen con el ser catalán, se persigue a los inmigrantes iberoamericanos y se les pone trabas para vivir en Cataluña fomentando por contra la inmigración de países musulmanes, se prohibe escolarizar a los niños de familias hispanoparlantes en su lengua materna, se amenaza y persigue a aquellos catalanes que defienden la Hispanidad en cualquier expresión que ésta tome) dijo que esas eran acusaciones de quienes quieren imponer «un monolingüismo uniformador».
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