lunes, 2 de marzo de 2009

Mi primera reacción





Hoy no tengo tiempo y estoy cansado, pero las elecciones de ayer ya han tenido una cosa buena, que ha sido la reacción de los nacionalistas: el PNV habla de agresión política y CiU renuncia a prestar apoyo al PSOE en el Parlamento español. Sólo por esto, ya ha merecido la pena el resultado.

Ahora sólo queda saber si Patxi López estará a la altura de las circunstancias o se dejará acunar en los brazos del nacionalismo, como ya hiciera Jáuregui en su día. Me temo lo peor.

Bueno el análisis de los editoriales de El Mundo que hace hoy Arcadi Espada y la asimetría en el trato que recibe el PP:

Pero la simetría (o la ausencia de) más interesante (¡realmente interesante!) es la que afecta al Partido Popular en su relación con los socialistas. Ni en el periódico ni en ningún otro que haya leído se remarca una cuestión básica: el Partido Popular es el verdadero árbitro de la mayoría parlamentaria vasca. Unos y otros niegan al Partido Popular lo que están perfectamente dispuestos a conceder a los socialistas: esto es, la posibilidad, ¡la legalidad! de pactar con los nacionalistas. Esta asimetría entre constitucionalistas es una sutil consecuencia de la política de aislamiento (de cordón sanitario) que padece el Partido Popular. Y se hace muy llamativa en esta situación vasca. Mucho más le costaría a Patxi López apoyar a Ibarrtexe de lo que le costaría a Antonio Basagoiti: es obvio que éste último no tiene ninguna posibilidad de lograr la presidencia. Pero parece que al Partido Popular no le es dado el privilegio de elegir, y de gobernar con los nacionalistas, como hace siempre que le da la gana el Partido Socialista.

Personalmente me parecería una desgracia que el Partido Popular pactase con los nacionalistas; pero ni un centímetro más de desgracia que si el pacto lo hacen (como lo hacen sin pudor y con fama) los socialistas.

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