En general en España hay un consenso ovejuno sobre muchos temas que en otro lugares se discuten y se critican. Por ejemplo, en España hay un consenso total sobre la bondad de las inversiones en ferrocarriles de alta velocidad. Nadie plantea la absoluta irracionalidad de unas inversiones que es imposible que recuperen el capital invertido y cuya operación requiere ingentes subvenciones por parte del Estado para subsistir.
Renfe prevé multiplicar por tres sus pérdidas. 783,5 millones de euros, nada menos. Es decir, que los pobres españoles, los mileuristas, transfieren parte de sus rentas a los ricos que viajan en AVE a un precio menor al que cuesta el servicio a mayor gloria de Pepiño.
Todo esto, sin contar con las inversiones de ADIF, que fueron 12 mil millones en el periodo 2007-2010. Aquí todo el mundo en AVE. Total, somos ricos.
Sin embargo, en EE.UU. sí se plantean las mamarrachadas que sus políticos intentan hacer con sus impuestos.
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