Al leer la prensa me doy cuenta de que los estadounidenses se preocupan por muchos aspectos que en España, si son preocupación de la gente, no aparecen en la prensa ni por asomo. El caso de hoy es la previsión financiera, lo cual me da una sana envidia, pues eso quiere decir que no confían en que una instancia superior, Dios o el Estado, les provea de los medios futuros. Aquello del "Dios proveerá" no parece que vaya con la mentalidad protestante.
The Burlington Free Press publica hoy un reportaje sobre la planificación financiera de una familia media. El reportaje se plantea un dilema que casi ninguna familia española se plantearía, salvo las que tienen bastante dinero y es para qué ahorro, para la jubilación o para pagar los estudios universitarios de los hijos, aunque el problema es similar: los costes de la universidad están creciendo y la jubilación de la seguridad social, disminuyendo. En España la gente se quejará del Gobierno de turno, pero no tendrá dinero para su futuro o el de sus hijos. Muchos se lo habrán gastado en fiestas o en coches.
Los problemas son los de todas partes, pero aquí está en los periódicos la necesidad de hacer un mínimo de planificación financiera y de preparación para el futuro.
El reportaje entra en disquisiciones sobre el coste de tener un hijo en Vermont:
Adding a child to a family is an expensive proposition. Figures from the Vermont Livable Wage Campaign show the amount of income needed to care for one child is more than $15,000 a year. (A single Vermonter, without children, should earn $34,840 to cover expenses; and a single Vermonter, with a child, needs to earn $50,003, according to the analysis.)
Parece que los niños son tratados como mercancía en todas partes.
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