jueves, 31 de diciembre de 2009

Frankenstein


El PP, en su incoherencia autonómica, cada vez se parece más a la CEDA, que no supo o no pudo gobernar España en los años 30. Ahora, la estupenda secretaria general, Cospedal, ha pactado un estatuto de autonomía en Castilla La Mancha, que echa por tierra los postulados que hasta ahora había mantenido el partido sobre la gestión del agua como una política general que no podía ser cedido nunca a las CC.AA. Así debería ser, ya que es difícil decir a quién pertenecen los ríos. En el caso del Tajo, más podrían protestar los portugueses. La gestión de los ríos transfronterizos debería ser algo mancomunado entre las naciones. Esto sería lo justo.

El PP no mantiene lo mismo en Cataluña que en Valencia, en Aragón que en Castilla La Mancha, y así nos va. Desaparecida la nación, sólo queda repartise las migajas y la cuestión ya es sólo ver quién duerme en Moncloa. La rebelión de valencianos y murcianos no se ha hecho esperar, pero Marianico (el -ico, por aquello de lo murciano, que en Galicia sería -iño), lo arreglará.

Rajoy y el PP son una especie de Frankenstein en lo autonómico, en lo político, en lo económico, un partido que parece hecho de restos y que es gobernado por el cerebro de El jovencito Frankenstein.

1 comentario:

CGuarino dijo...

Sólo recordarte que el cerebro de Frankenstein en esta película es de un tal "A punto Normal"... (y cito literalmente a Igor).