sábado, 10 de abril de 2010

30 años de socialismo


Después de treinta años de socialismo, quizás sea el momento de ensaya otro tipo de sistema político y económico para España. 30 años son los que llevamos "disfrutando" de este sistema político que alumbró el postfranquismo y que nos ha traído a donde estamos hoy.

En España habría que formular la misma pregunta que respondía la novela de Vargas Llosa, Conversación en La Catedral, ¿En qué momento se había jodido el Perú?. ¿En qué momento se había jodido España? Claramente, en la Transición, si no antes, siendo este un país tan viejo. La Transición fue, sin duda, el momento histórico en el que España podía haber alumbrado un sistema político netamente liberal, después del experimento fascista de Franco.

Pero no fue posible. Suárez, hacedor de mil pactos para conseguir la Transición, se avergonzó de su pasado y con los socialista alumbraron un sistema político social basado en la intervención por parte del Estado de todos los ámbitos sociales. Supongo que era lo lógico dada la tradición y bagaje intelectual de todos nuestros políticos de aquella época. Se consagró un sistema político ineficiente, partiendo la Administración en diecisiete taifas; corrupto, con empresarios que son cazadores de rentas que graciosamente conceden los políticos; intervencionista, en el que el ciudadano apenas elige el restaurante al que va a comer y el canal de TV que quiere ver, pues las decisiones sobre educación, salud, pensiones le han sido usurpadas por los políticos.

Ya sabemos el resultado que han producido estos treinta años de socialismo en la Educación, en la Sanidad, en la Justicia, en la Administración, en la corrupción institucional de todos los partidos, en el pulso económico de un país quebrado financieramente e incapaz de reaccionar a la crisis.

Va siendo hora de cambiar esto y lo malo es que no hay nadie que transmita ninguna idea que nos aleje del presente estado de cosas. El PP no es alternativa a nada. Su balbuciente líder no sabe ni siquiera si los acusados por corrupción de su partido seguirán siendo senadores de su grupo o no. Y es un partido que ha demostrado, en contradicción con los deseos de Aznar, que no es incompatible con la corrupción, que también tiene dirigentes corruptos. La única salida a mi modo de ver es que la población se dé cuenta de que no vamos a ningún lado con esto y que alguien con valor y con capacidad de arrastre plantee un cambio constitucional que cambie de raíz el entramado institucional y las bases de nuestro sistema político y social. No pasará antes de diez años.

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