Leo con estupor en El Mundo que la masa salarial de los funcionarios subió un 5,6% en 2009 mientras que la de los empleados del sector privado se redujo en un porcentaje similar. Desde 2007 ha subido un 15% y supone nada menos que el 12% del PIB. Son tres millones los funcionarios en las tres administraciones públicas españolas, que perciben en total 125 mil millones de euros.
Dice Jordi Sevilla en el mismo periódico:
Sin embargo, no podemos confundir una sucesión de medidas revueltas con una estrategia de salida para la recesión que exige conseguir dos grandes objetivos: introducir confianza en la actuación de los agentes económicos privados y adaptar al conjunto del sistema económico a la nueva realidad de ser más pobres tras la crisis y con mayores problemas de competitividad. Lo primero requiere un Plan conocido, pactado y sostenido, mientras que lo segundo exige medidas sociales que hagan más justo el reparto de los costes de la crisis, así como explorar cambios productivos que consigan rebajar costes no salariales en un contexto que no permite hacer una devaluación de la moneda, pero tampoco rebajar las exigencias medioambientales o laborales ya conseguidas.
Supongo que cuando habla de medidas sociales que hagan más justo el reparto de los costes de la crisis no se referirá a que los que pagamos toda esta fiesta aumentemos nuestra contribución con tipos impositivos más altos. Estos millones de funcionarios, con unos niveles de productividad ínfimos, son claros beneficiados de la crisis. Que se bajen el sueldo o que los echen a la calle.
Mientras, ríamonos un poco.
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