domingo, 18 de marzo de 2007

Domingo de paseo - Interesante entrevista

Hoy el día no da más que para unas referencias a artículos de otros. Ha pasado entre el club esta mañana, visita a la mangífica exposición de Escher en Madrid (ver sitio oficial de Escher) y fútbol en el Bernabéu por la tarde por gentileza de Belén. Era la primera vez que iba con mi hijo Pablo. Le ha encantado el color brillante del césped iluminado por los focos, el griterío y los goles del Madrid. El partido ha sido bastante malo. Lentos, mucho toque y poca profundidad. Menos mal que les ha salvado Robinho: dos pases de gol y un tiro al palo. Algo es algo. La foto es de una playa de Brasil en homenaje al jugador brasileño del Real Madrid.


Por fin, tras unos cuantos días de lectura de El País he encontrado una interesante entrevista a dos escritores vascos en su edición de hoy domingo. Aquí se puede leer entera.


Por lo demás, lo de siempre. Ahora empiezan con Esperanza Aguirre, la ambiciosa. Hasta el comentario cultural del domingo critica las manifestaciones del PP. Y luego dicen que la otra prensa insulta.


En cualquier caso, aquí hay una selección de lo que me parece más interesante:


EP. Sus obras exudan una sensación de fatalidad, de determinismo, bastante real, por lo demás. En Los peces de la amargura, las amenazas se consuman, hay hijos de asesinos que siguen las huellas de sus padres, niños que juegan a los coches bomba. ¿Con qué ingredientes se fabrica esa fatalidad?


Aramburu. Esa fatalidad no es otra cosa que la consecuencia inevitable de una pedagogía del odio practicada con mayor o menor saña, y, salvo excepciones concretas, por el conjunto del espectro nacionalista. Hay muchos niños vascos a los que se adiestra en el odio a España y a lo español, y de esta forma se prepara a los militantes de mañana.


Irazoki. Desde otro ángulo, puede que el principal ingrediente de esa fatalidad sea que en el País Vasco el dolor de lo que se considera como propio tiene un prestigio inmerecido. No simpatizo con los pensadores ceñudos que nos dicen que el dolor es la materia más profunda de los hombres. Sin mérito alguno, conozco el sufrimiento, y he encontrado más hondura en una alegría a cambio de nada.


EP. ¿Detectan que la desafección hacia el proyecto nacionalista de una parte de la sociedad vasca puede llegar a alcanzar al euskera y a la propia idea de país?


Irazoki. Por mucha capitalización y manipulación política que se haga del euskera, me niego a aceptar que la lengua se convierta en patrimonio nacionalista. El euskera no tiene la culpa. Lo que sí he visto es que no hay sinceridad en muchos amores proclamados al euskera. Ese que tacha los nombres en castellano o francés de los pueblos y deja sólo el euskérico no puede amar la lengua, porque quien ama una lengua, ama también las de sus semejantes.


Aramburu. Sería una pena que un idioma que no tiene dueño corriera la misma suerte que esos grupos radicales que tratan de imponer su proyecto por la coacción y la violencia. Puede que en esas actitudes de dimisión haya una reacción similar a la de los judíos alemanes que después de la guerra se negaban a hablar alemán porque decían que era la lengua de los asesinos, pero sería una manera más de mutilarnos. La tragedia es que después del franquismo no se ha construido un proyecto cultural de encuentro. Pero la historia es pendular, tras el franquismo ha venido el nacionalismo y vendrá otra cosa que puede llevarse por delante muchas cosas si no construimos una convivencia sólida.

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