miércoles, 14 de marzo de 2007

La fatal arrogancia


Sánchez Dragó entrevistó ayer en su noticiario de Telemadrid a José María Michavila, que renace de sus cenizas y vuelve tras una etapa en el ostracismo (el ostracismo siempre es político). Me enteré de que era el abogado de Shakira, lo cual debe ser interesante, seguro. Pero no voy a escribir sobre Shakira, de la que no sé nada más que mueve las caderas con mucho garbo y que vende muchos discos en inglés y en español.

El hecho es que en la entrevista, el ex-ministro de justicia, criticando al Gobierno, dice algo así como que él se imagina a los ministros actuales yendo a las reuniones del Consejo de Ministros sin ilusión y no como ellos, los del PP, que iban a la reunión pensando "vamos a arreglar la justicia, la delincuencia o vamos a crear puestos de trabajo" (sic). ¿Por qué los políticos se creen omnipotentes y creen que pueden arreglar todos los problemas de la sociedad? Ven la vida desde su atalaya del sillón ministerial, ven un problema y, rápidamente, una solución. Un poco de dinero aquí, una ley por allá y ¡zas! unos puestos de trabajo. Si eso fuera así de fácil y estos personajes fueran tan listos, ¿por qué sigue habiendo paro? ¿Por qué la gente sufre? ¿Acaso no son nuestros benefactores? Entonces, ¿qué falla?

Lo que falla es lo que Hayek expone en su libro La fatal arrogancia, recogiendo el pensamiento de von Mises, y es que los procesos sociales son tan sumamente complejos que no hay mente humana que sea capaz de modelizar los comportamientos de los individuos para anticiparlos y tomar medidas que generen un mayor nivel de bienestar social. Cualquier intento que se ha hecho en la historia de aplicar eses racionalismo al análisis de los procesos sociales ha terminado en fracaso, en muerte y miseria. Ahí están los ejemplos de los soviets, de Cuba, de la China de Mao, etc. Es la arrogancia de los políticos que se creen dioses y que pueden arreglar con su benéfica acción los problemas de la Humanidad. Esto, que parece lógico, si se piensa bien, no es tan obvio. Menos aún si se mira alrededor y se observa quiénes son y qué hacen nuestros políticos. Efectivamente, si uno piensa a dónde nos puede llevar la acción política de un partido "organizado" por Pepe Blanco, se le ponen los pelos de punta. Pánico da pensar que el Estado maneja aproximadamente entre un 40% y un 50% de los recursos del país, y que lo dirigen este tipo de personajes.

Sostengo que la sociedad está secuestrada por los políticos que manejan gran cantidad de fondos públicos para su propia proyección personal y para satisfacer sus ambiciones de poder. Es un atropello a los derechos de los ciudadanos, al que desgraciadamente no veo salida. Hayek, un gran pensador, hablaba del socialismo de todos los partidos. Sí, el PP, también es socialista. Hoy decía Carlos Slim, uno de los más ricos del mundo, que Aznar quiso fusionar Telefónica con Telmex. ¿Quién es Aznar para fusionar dos empresas privadas? ¿Qué gloria buscaba? La suya, con nuestro dinero.

¿Qué decisiones toman los ciudadanos sobre las cosas importantes de la vida? La sanidad, está decidida, la pensión, también, la educación de sus hijos, también. ¿Qué queda? Elegir si vas al cine o a cenar y si te gusta más el Madrid o el Barça. Simplificando, es así.

Seguiré escribiendo sobre este tema.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Don José María Michavila luchó eficazmente contra la delincuencia