Jesús Cacho desmonta la maniobra de Zapatero para manipular al Rey en su beneficio. Con el beneplácito de la Casa Real y del propio Rey, que o está chocho o sólo reina para unos pocos. En cualquier caso, el Rey ya ha cumplido los sesenta y siete, creo.
No se sabe, pero se sospecha. Tras unas semanas de infarto para la solvencia del Reino de España, culminadas el martes 9 por una nueva pedrada de Zapatero a la ortodoxia fiscal (concesión de 426 euros a los parados que hayan agotado el subsidio de desempleo. Gasto social en todo lo alto. 511 millones a añadir a la cuenta, justo lo contrario de lo predicado el lunes por el secretario de Estado Campa en Londres, prometiendo a los inversores recortes adicionales del gasto), el Presidente rindió su habitual despacho de los martes con el Rey en Palacio, y allí pidió al Monarca su implicación directa en la actual coyuntura. ¿Sincera petición de auxilio o estratagema propia del maestro en cuestiones de agitación y propaganda que es ZP? La petición fue apoyada con entusiasmo por ese gran creador de republicanos que es Alberto Aza. El caso es que 36 horas después y sin venir a cuento, el Rey aprovechaba un acto con la ministra Garmendia para soltar su bomba: “Es hora de grandes esfuerzos y amplios acuerdos para superar juntos cuanto antes la crisis”. En la tarde de ese jueves, y a sugerencia de ZP, quien visita La Zarzuela es la ministra de Economía, Elena Salgado, se supone que para explicar al Rey del escenario de pobreza colectiva al que se enfrentan los españoles. El viernes, en fin, son los líderes sindicales quienes viajan a Palacio convocados por la Casa Real con apenas unas horas de antelación, encuentro inaudito, porque no resulta fácil imaginar a Isabel II de Inglaterra tomando el té con las Trade Unions para sacar del colapso al Gobierno de Gordon Brown. Y todo ello sin ningún tipo de aviso o anuncio previo a la calle Génova.
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