El día 1 se cumplieron 50 años de la Revolución Cubana, el experimento totalitario que, si no fuera porque lo sufren millones de personas, habría que mantener vivo como ejemplo de lo que una revolución marxista es capaz de hacer de un país y para que nadie tenga tentaciones similares en otrs lugares. Pero Cuba es una cárcel podrida dirigida por unos carceleros corruptos que no pueden ni dar de comer a sus propios reclusos.
Como dice Carlos Alberto Montaner en este artículo, "pocos logros para exhibir".
La isla es como un enorme jardín de infantes, donde todos tienen garantizado un ingreso de subsistencia mínima, pero el Estado lo decide todo. Es un buen lugar para subsistir si uno es un holgazán, pero puede ser exasperante para el que sea ambicioso o tenga opiniones propias.
La desesperanza que reina en la isla es posiblemente uno de los factores que inciden en el alto índice de suicidio: de 24.8 por cada 100.000 personas, uno de los más altos de las Américas, según la Organización Mundial de la Salud.
Todo lo anterior, sin contar el costo en sufrimiento humano. En Cuba casi el 10 por ciento de la población huyó al exilio. Cientos de miles de familias quedaron separadas por décadas, sin poder verse. Miles han muerto en el mar tratando de abandonar la isla.
Excelente reportaje de Telemadrid sobre la Revolución.
Parte I
Parte II
Todo esto no habría sido posible si la opinión pública mundial se hubiera movilizado en contra de los Castro como lo hizo conrta el apartheid o contra otros regímenes dictatoriales. Otro gallo habría cantado si la zeja y todo lo que ella representa en España especialmente se hubiera movilizado contra esta ominosa, inicua y brutal dictadura.
Desgraciadamente, en Iberoamérica, y no son sólo Chávez o Evo Morales, todavía hay idiotas que le hacen el caldo gordo a los Castro.
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