Esta foto de la ministra Aído inaugurando unos juzgados de violencia de género en Cádiz me pareció un inmejorable ejemplo gráfico de la situación de la Justicia en España y de la precariedad en la que se encuentra.
Todos los detalles de la foto son dignos de mención: la foto del Rey en blanco y negro, que más parece una foto de carnet, las sillas son del modelo más barato que se puede encontrar en las tiendas de muebles de oficina y de las que duran poco por malas, la mesa es de tablero de conglomerado y chapa, de las que se astillan en cuanto hay una mínima hendidura en alguna arista. Ni un ordenador, ningún elemento que revista a la sala de la importancia que tiene una sala de justicia. Quizás sea un método alternativo para castigar a los presuntos maltratadores, incluso antes de que hayan sido castigados, relegándolos a un juzgado de cuarta división. "No hay mayor desprecio que no hacer aprecio".
No hay comentarios:
Publicar un comentario