En alguna ocasión he hablado del Club Bilderberg. Según un periodista llamado Daniel Estulin, de origen ruso, es un club de gente poderosa que se reúne periódicamente para "decidir" políticas que permitan implantar un ideal humano. Tiene un libro que se llama La verdadera historia del Club Bilderberg en el que detalla cómo funciona el club y los fines que persigue. Son miembros del club políticos, dueños de medios de comunicación, empresarios de grandes corporaciones, gente poderosa en suma.
Una de las tesis del libro es que el club impulsa políticas que permitan controlar a la población, en parte, mediante la implantación de tecnologías de control. Cita por ejemplo el intento de poner chips de localización a las personas. Para ello hace pruebas como que en una zona se empiezan a producir secuestros de niños de forma repetida a la vez que se anuncia la aparición de tecnologías de localización mediante chips implantados por debajo de la piel. Algunos padres, asustados por la posibilidad de que sus hijos sean secuestrados, implantarán a sus hijos el chip para ser capaces de localizarlos en caso de secuestro. Esos niños, convertidos en adultos, no temerán tener un chip de localización implantado bajo la piel y serán carne de esclavos en el futuro, al estilo del mundo feliz de Huxley o del 1984 de Orwell, también citados en este blog.
Bien, dicho esto, la lectura del libro provoca una paranoia importante sobre las intenciones controladoras del Estado. Leo en Cinco Días esta noticia y no me digan si no invita a la paranoia. Durante 13 años nada menos va a tener el Estado los datos de nuestros viajes. Para protegernos, ¿de quién? ¿De los moritos de Lavapiés? Sólo confío en la incompetencia de los funcionarios.
Las aerolíneas deberán guardar 13 años los datos sensibles de cada pasajero
Cinco Días, 06/11/2007
Nuevas medidas antiterroristas de la UE
Las aerolíneas deberán conservar durante 13 años 19 datos de identificación por cada pasajero que llegue o deje la Unión Europea en un vuelo internacional. Bruselas aspira con esta propuesta, que se aprueba hoy, a mejorar la lucha antiterrorista en el sector aéreo.
Lo que comenzó como una incómoda exigencia de EE UU tras el 11 de septiembre puede convertirse próximamente en un imperativo legal para todas las líneas aéreas que operan vuelos internacionales en la Unión Europea. Bruselas tiene previsto aprobar hoy un proyecto de decisión marco que obligará a las compañías a comunicar a las autoridades de su Estado la batería de datos personales recogidos en el llamado Passenger Name Record (PNR), un listado que refleja no sólo los datos de identificación del pasajero sino también sus hábitos como viajero, la información disponible sobre su equipaje o el sistema de pago del billete.
En total, el proyecto de decisión señala 19 datos para todos los pasajeros y cinco más, para los menores de 18 años que viajen solos. Las aerolíneas deberán poner a disposición de las autoridades inmediatamente después de cerrarse cada vuelo. Pero se les podrá exigir también 24 horas antes del vuelo si existe una amenaza terrorista concreta. La propuesta, que deberá ser negociada con los 27 países de la UE, contempla la obligación de conservar esos datos durante un periodo de 13 años. Los cinco primeros, estarán a disposición de las autoridades siempre que lo soliciten. Los ocho años siguientes, sólo se podrá acceder a ellos "en circunstancias excepcionales", es decir, cuando exista una "amenaza concreta relacionada con la prevención o el combate de atentados terroristas y del crimen organizado". La iniciativa cuenta con la oposición del grupo de expertos de la UE sobre protección de datos, que la considera "innecesaria". Y la organización no gubernamental Statewatch, especializada en libertades civiles, describe la propuesta como "otra medida más para poner a cada persona bajo vigilancia y convertirla en sospechosa sin que sepa exactamente cómo y quién utiliza sus datos y cómo se procesan". El departamento comunitario de Justicia, Libertad y Seguridad, que dirige el comisario Franco Frattini, subraya, sin embargo, que las autoridades ya pueden en esos momentos obtener los datos contenidos en el PNR de cada pasajero. "Les basta", dicen, "con mirar el billete y la tarjeta que deben rellenar los viajeros para entregar en control de pasaportes". El departamento de Frattini cree que la ventaja de la propuesta radica en que los datos llegarán a las autoridades por vía electrónica y mucho antes del aterrizaje del avión. La CE también recuerda que en estos momentos las aerolíneas ya recogen y transmiten el llamado API (Advance Passenger Information), aunque reconoce que en ese caso se trata sólo de información "biográfica" y, por lo tanto, sólo permite identificar a terroristas o delincuentes ya conocidos. Los datos del PNR, en cambio, "son un instrumento muy importante para llevar a cabo evaluaciones de riesgo de los pasajeros (...) y establecer vínculos entre personajes conocidos y otros desconocidos".
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