martes, 1 de abril de 2008

La revolución de la nada


Y al final, la montaña parió un ratón. Tras tanto silencio, tanta reflexión y tanto misterio, que parecía que se iba a producir una revolución y que Rajoy iba a cambiar el curso de la historia, no hubo nada más que lo que se esperaba. O sea, Soraya.

Este Rajoy peca de triunfalista y parece que se conforma con seguir "rozando" el poder. Se ve pero no se toca. Al parecer, en el discurso que dio ayer dijo que se perdieron las elecciones pero no por su culpa. No, él que dirige el cotarro, es víctima de lo que sus "dirigidos" no han sabido hacer. Así lo dijo ayer ante la Junta Directiva Nacional del PP, que consta de 500 miembros nada menos. El discurso entero se puede leer aquí. Es un poco rollo, por lo que recomiendo las frases destacadas.

Más que el nombramiento de esta chica tan joven para un cargo de tanta relevancia, que no haya propuesto a personas más capaces para la ponencia económica (¿dónde están Pizarro, Costa, Montoro?) o para la ponencia política y territorial (¿y Mayor Oreja y Vidal Quadras?). Y con esta decisión no parece nada más que Rajoy es un mediocre al que le gusta rodearse de mediocres, jovencillos e inexpertos que no le hagan sombra. Esa es la sensación que da. Eso, además, supone un palo a Esperanza Aguirre, que ha sido la que mejores resultados ha cosechado en toda España, ganando todavía más apoyo en Madrid para el partido, además de ser Madrid la única comunidad autónoma importante que mantiene su estatuto, inequívocamente nacional frente a las veleidades ultra-autonomistas de Camps, Arenas y Matas, que se han prestado a la estrategia de federalismo asimétrico de Zapatero y Maragall, y que, por tanto, han reducido la autoridad moral del PP frente al nuevo Estatuto de Cataluña.

Veremos qué hace esta chiquita y cómo se percibe al PP. Yo soy pesimista, pues alguien que no tiene ninguna experiencia en la vida real no puede entender lo que le preocupa a la sociedad y cuáles son las políticas que pueden hacer que España sea un país más libre, más próspero y mejor. Soraya es la culminación del proceso de profesionalización de la política en el que los diputados sólo han trabajado en la Administración o en el partido, sólo conocen los pasillos del Congreso y no hablan nada más que de "sus cosas". Esto es nefasto para la sociedad. Estos políticos nunca cambiarán el sistema en sus fundamentos para devolverle la soberanía al pueblo. Ellos son los que saben mejor que nadie lo que nos conviene. Y, lo peor, la inexperiencia. No parece que la política sea territorio para jovenzuelos, ni para iletrados. Afortunadamente, Soraya no es Pepiño.

Las reacciones al nombramiento de Soraya hacen presagiar lo peor. La elogian El País, La Vanguardia, El Periódico, Público. En Libertad Digital hacen un buen resumen de las reacciones de la prensa adversa al PP.

Mi opinión es que el PP necesita hacer una revolución en sus propuestas enfrentándose a las ideas fuerza de la izquierda. En lugar de presentarse como el que mejor puede administrar la usurpación que el Estado hace de la libertad de los ciudadanos, debe presentarse como el garante de esa libertad. Sin complejos, sin estigmas.


No puedo ocultar mi pesimismo.

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