miércoles, 1 de abril de 2009
Preparados para el futuro
Leo en ABC un reportaje insólito sobre una prueba que le van a hacer a los alumnos de 4º de primaria para evaluar sus competencias en diferentes "competencias": comunicación lingüística, matemáticas, conocimiento e interacción con el mundo físico y competencia social y ciudadana.
Lo mejor son el tipo de pruebas que se proponen.
Las hipótesis de evaluación ofrecidas ayer por el Ministerio de Educación, Política Social y Deporte reflejan que para medir sus competencias los escolares deberán describir casos de discriminación por nacimiento, raza o religión, explicar el cambio climático o revisar y entender una receta de cocina. Entre el cuestionario figuran preguntas como «¿Qué es descorazonar una manzana?» o «¿Qué significa extender la masa en algún recipiente?».
En la noticia del periódico en papel se ve un croquis de un patio de un colegio y la primera de una serie de problemas de matemáticas es que el niño distinga entre las pistas de fútbol y las de baloncesto. Lo pone en el periódico y no sé si es lo que han pensado las lumbreras del Ministerio o es una broma del periodista. Creo que faltaría una pregunta sobre la superficie de una bandeja que permitiera a un camarero servir en un restaurante un menú del día con vino. Así los niños se prepararían para un futuro prometedor como camareros en Benidorm, atendiendo a los viejecitos europeos. Ese será el único futuro que les quede en el sistema educativo español.
Y como los responsables del Ministerio no deben saber sumar, los resultados de pruebas tan complejas no se conocerán hasta 2010:
Para establecer el diagnóstico, las pruebas académicas se cruzarán con datos socioeconómicos de las familias de los alumnos y con otros referidos a los profesores. El proceso, que será responsabilidad del Instituto de Evaluación (IE), aunque podrán colaborar empresas especializadas, se anuncia complejo y sus resultados no se conocerán hasta 2010.
El director general de Evaluación y Ordenación del Sistema Educativo, Javier Vidal, justifica su larga duración en que el trabajo estará sometido a un control «muy minucioso» en las correcciones y en el análisis de los resultados, siguiendo estándares internacionales. «La objetividad está absolutamente garantizada», termina.
Lo dicho, ya estamos preparados para el futuro.
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