domingo, 2 de marzo de 2008

Voto en contra


Hoy he leído que en España se vota en contra, más que votar a favor. A diferencia del comentarista, creo que esto no es tan malo como pueda parecer y que de algún modo es una muestra de madurez política de la sociedad. Voy a ver si consigo explicarlo en pocas palabras, que luego Luis me dice que el blog es demasiado denso.

Votar en contra supone que ningún proyecto político tiene nuestra adhesión completa y que ninguno encaja completamente con nuestro ideal. Por tanto, en el voto contra hay más criterio y más conocimiento que en el voto a favor. Una adhesión demasiado evidente al proyecto político de cualquier opción política abre el camino a la dominación y al totalitarismo. Algo así pasó en los años ignominiosos de gobierno de Felipe, el cual podía hacer lo que quisiera, que los españoles le reelegían votación tras votación, con un apoyo incondicional excesivo. Eso nos llevó a donde nos llevó, la corrupción económica e institucional y el crimen de Estado. El voto en contra supone que el partido que llega al poder tiene que tener mucho cuidado con los cambios que quiere hacer, pues con toda seguridad provocará un rechazo no sólo de sus oponentes políticos, sino de algunos de sus votantes.

Es, ni más ni menos, lo que le ha pasado a Zapatero en esta legislatura. Ha querido gobernar sólo para algunos, los más extremistas de sus aliados, olvidándose de las clases medias, las que pagan la fiesta, y se ha encontrado con una respuesta cívica sin precedentes en la democracia española.

Sólo el desapego hacia los políticos y a su acción de gobierno nos permitirá algún día recuperar los espacios de libertad que nos van quitando poco a poco. Necesitamos estar en contra de todos los políticos y que entiendan que el voto es algo prestado, efímero en sus manos, que no tienen un cheque en blanco y que tienen que rendir cuentas todos los días de lo que hacen con nuestro dinero.

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