Esta semana está siendo bien viajera. El lunes llegué de Singapur, ayer estuve en Londres, de donde he regresado esta mañana y ahora viajo a Málaga a pasar el fin de semana. Como Phileas Fogg, vamos. En el tempranero vuelo de Londres a Madrid he leído el Times en el que he leído dos artículos interesantes.
El primero sobre la victoria de occidente en la guerra contra el terrorismo en Afganistán y en Irak. El articulista da datos y evidencias de que la situación es mucho mejor que hace años y que la visión de los neoconservadores no era tan desacertada, aunque el autor de daños colaterales, discrepe de esta visión optimista sobre Irak, según me relata mi amigo Daniel. En cualquier caso, lo más relevante del artículo no me parece eso, sino ese timorato derrotismo que aqueja a occidente en todo lo que hace, renegando de sus argumentos morales para eliminar a los talibanes de Afganistán o a Saddam de Irak.
El segundo lo debería leer la inefable ministra Aído, que trata sobre otro mal que aqueja a occidente que es el de la discriminación positiva, en España con las mujeres y en otros países con cualquier minoría supuesta o realmente discriminada en el pasado. La autora analiza las diferencias de salario entre hombres y mujeres que continuamente nos dicen que existen en las empresas y que demuestran una tremenda discriminación. Eso sí, nadie muestra datos objetivos sobre la situación. Se limitan a enunciar el hecho y nosotros tenemos que creer ciegamente en sus dogmas igualitarios. Pues bien, según los datos que muestra la autora, existen casos en los que las mujeres cobran más que los hombres. Además, la causa de la menor paga de las mujeres no es, según la autora, la discriminación hacia las mujeres:
But the real question is why. And it's not a bit clear that entrenched discrimination is the answer. Women may see lower pay as a reasonable trade-off for having more time to themselves - or, being women, for their children. They may, contrary to government policy, prefer to rear their own children, rather than farming them out to someone else.
The psychologist Susan Pinker asked, in a book titled The Sexual Paradox, and plainly designed to tease, “why females are biologically driven to nurture their young rather than climb the corporate ladder”. Why indeed? But it's a perfectly valid choice if some decide that the rat race isn't for them.
The really interesting comparison isn't between women and men but between single, childless women and men. If you compare women who aren't married or cohabiting with men who aren't married or cohabiting, you know what? The pay gap goes the other way. Hourly pay for the women is £8.82; for men £8.72. The moral is that if women want equal pay, they should give up men and children. Any takers?
Aído no lo entendería. Está atrapada por su paradigma de mujer que se siente inferior por ser mujer y que cree que los hombres la miran peor sólo por ser mujer. De lo que no se da cuenta Aído es de que los hombres la miran mal porque es torpe, inepta e incompetente. Y por eso sí debería ser discriminada. Al menos para ser ministra.
El tren llega a Málaga y el tema no da más de sí.
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