En los últimos tiempos de Felipe, un conjunto de periodistas de tendencia liberal o de derecha, se unieron para denunciar la corrupción inaguantable del Gobierno de la época, el crimen de Estado y la degradación total del sistema político en aquellos años. Muchos de ellos habían lanzado el proyecto de libertad audiovisual de Antena 3, rápidamente abortado por el Gobierno con la colaboración de sus empresarios de cabecera y, al final, Polanco, cómo no. Estos periodistas en su mayoría llegaron a recalar en la cadena COPE en torno a dos grandes locutores como Antonio Herrero y Luis Herrero. En aquellos tiempos se contaban entre los comentaristas de la cadena, Federico, que leía los periódicos, Germán Yanke, José Apezarena, Martín Ferrand, José Luis Gutiérrez, etc. En torno a Onda Cero no había prácticamente nada, pues en aquellos años el engreído Luis Del Olmo, el junco que se orienta según el viento que sopla, hacía lo de siempre, es decir, ni con uno no con otro, independencia al servicio del Gobierno.
Sin embargo, más de diez años después, este grupo de periodistas que el PSOE y PRISA llegaron a llamar el Sindicato del crimen, ha quedado completamente desintegrado y son continuas las rencillas entre este grupo de brillantes periodistas. Es bastante difícil para los que no estamos en las luchas del sector entender qué ha pasado entre ellos.
Para muestra, la mala baba de Pablo Sebastián en su Estrella Digital de hoy contra la destitución de Zarzalejos como director de ABC. Hay que recordar que Sebastián y a Yanke salieron del telediario nocturno de Telemadrid por unos sueldos más que millonarios según unos y por el cabreo de la presidenta según otros.
Tres párrafos demuestran su inquina contra Esperanza Aguirre:
Este episodio de ABC habría sido un capítulo más de la derecha tontuna —la que ahora llora la independencia de Kosovo, sin culpar a los gobiernos conservadores de Estados Unidos, Francia y Alemania— si no fuera por las dosis de infamia y vileza que han rodeado el “crimen” de Zarzalejos, en plena campaña electoral, para que Esperanza Aguirre pudiera controlar el ABC antes de que el Congreso del PP, tras la esperada derrota del día 9 de marzo, decida a su favor la sustitución de Rajoy, y para que ningún medio conservador reclame, en las exequias del líder, la primacía y el liderazgo de Gallardón.
El alcalde de Madrid, a quien, humillándolo como lo hizo Rajoy, puede que le hayan hecho un favor forzándole a abandonar el PP con todos los honores del centro. Sobre todo si Gallardón tuviera la audacia para sacar de la orfandad política y democrática a los desamparados y hartos de la partitocracia mediocre del PSOE y del PP, y a los jóvenes de la “nueva frontera” española, camino de una nueva mayoría que tendría, en el 2009, su primera oportunidad de las elecciones europeas, donde, tiempo atrás, logró dos diputados el esforzado y pintoresco José María Ruiz Mateos.
El “crimen” de Zarzalejos —uno más de esa asesina en serie de la libertad de expresión que es la doña Cuaresma de la Puerta del Sol— incluye otros agravantes que no se pueden soslayar, como que el ABC se acaba de subir al carro de la derrota del PP —donde ya estaban La Razón, El Mundo y la COPE—, cuando los resultados de las elecciones del 9 de marzo les iba a dar a ellos, como ocurrió con la sentencia del 11-M, la razón. Lo ha confirmado Zapatero pidiendo “dramatismo y tensión”, que es, exactamente, lo que ha fomentado el PP en estos años y lo que le salvó de la debacle al desastroso Gobierno del PSOE.
La ventaja de estas peleas es que ahora hay muchos medios críticos con el Gobierno que en aquella época de cerrojo felipista. Hoy se pueden leer críticas al Gobierno Libertad Digital, El Semanal Digital, Estrella Digital, El confidencial, El confidencial digital, Diario Siglo XXI, El Imparcial y supongo que muchos más. En radio están además de la COPE, Intereconomía, Onda Cero (a ratos), nada más. Antes había mucho menos.
1 comentario:
Muy interesante el artículo del Blog del senador Don Iñaki Anasagasti: "Se fue el caimán Zarzalejos"
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