sábado, 21 de abril de 2007

De viaje (V). Tiempo y dinero


Ayer ya anticipaba que hoy sería día de compras. No podía imaginar que se pudiera estar tanto tiempo de compras, pero hoy he comprobado cómo el consumismo anula cualquier otro interés. Y es que para el hombre occidental de hoy no aplica la ley de la utilidad marginal decreciente que nos enseñaban como uno de los conceptos básicos de la microeconomía. Al menos, cuando se trata de consumir cosas que, presumiblemente, son baratas. La ley de la utilidad marginal decreciente dice que, a medida que se tiene más de un determinado bien, el valor adicional que le damos a la última cantidad adquirida se va reduciendo respecto a las anteriores. Esto explica muchos de los comportamientos económicos de la gente.

Pues bien, hoy he comprobado que la ley no aplica en el caso de determinadas personas cuando se encuentran en un mercadillo de imitaciones en China. Me he encontrado con unas personas que han estado más de cinco horas hoy en el mercadillo de imitaciones de Shanghai. Yo he estado un rato, pero no he aguantado más y me he ido. Uno de ellos me ha contado que en dos horas se ha recorrido sólo un tercio de los puestos mirando en casi cada uno de ellos, la calidad del género: bolsos, zapatos, relojes, etc. Cada bolso lo examinaba de arriba abajo para comprobar los herrajes, la calidad de la costura, la piel. Lo que más me impresionaba es que decía cuál era aceptable y cuál no, aunque en realidad eran todos iguales. En cualquier caso, después de tanta inspección no compraba mucho. Sólo mirar, mirar y más mirar. En total ha comprado bastantes cosas: tres relojes, cuatro pares de gemelos, tres bolsos, tres pares de guantes de esquí, un maletín y una mochila, varios pares de zapatos, camisetas, sudaderas, carteras, etc. Tras más de tres horas por la mañana, han vuelto por la tarde otro par de horas y ¡no han terminado! Han preferido el mercadillo a conocer mejor Shanghai, a pasear por el Bund o visitar alguno de los templos. No lo puedo entender, la verdad. ¿Cuántas cosas hay que comprar para que sea más interesante conocer una ciudad a la que no es fácil que vuelvas? A juzgar por el gasto realizado, mucho. Más de los 600 euros que han dilapidado hoy, sin duda.

En realidad a todos nos pasa lo mismo con diversas cosas. Y creo que sólo nos lleva a una tremenda frustración y melancolía, pues una vez hemos comprado o tenemos algo, lo único que nos causa satisfacción es tener otra cosa diferente sin ni siquiera haber disfrutado de lo anterior.

El día, a pesar de las compras, no ha resultado mal, pues hemos comido en un lugar muy agradable, sobre el Bund, viendo los grandes edificios de Pudong (literalmente significa, este del río, Pu: río, Dong: este), hemos cenado muy bien también y nos ha dado tiempo a dar un paseo por la ciudad antigua china, los jardines de Yuyuan y por un mercadillo de antigüedades muy pintoresco. Hoy hacía un calor insoportable, muy húmedo, que me ha dejado agotado.

Mañana, un poco más de visita a Shanghai y por la noche, vuelo a Guangzhou, la ciudad donde dicen que se come todo lo que tiene cuatro patas o más y que no sea una silla o una mesa. Por lo visto, se puede comer absolutamente de todo. Lo más salvaje, aunque dicen que es una leyenda y que realmente no existe, deben ser los sesos de mono vivo (al mono le abren la cabeza y lo ponen en un lugar oculto, atado, sólo con la cabeza sobresaliendo de la tapa de la mesa. Los sesos se comen directamente de la cabeza. Por lo visto, se oyen los chillidos del mono mientras se le comen los sesos. Además, se come perro, gato, rata y cualquier bicho viviente. Veremos que nos depara el viaje.

Ya estamos más cerca de casa.

P.S.: Leo que, hasta los lectores de El País prefirieron a Rajoy que a Zapatero. Ver aquí y aquí. Normal. Yo, evidentemente, no lo vi, pero me imagino que fue mucho más al grano que el presidente.
Noticia surrealista. El agredido Aguirre, acusado de causar desórdenes públicos. Mientras, De Juana pasea por algún pueblo de Guipúzcoa. ¿Y nadie quiere ir a decirle algo?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y cómo ve un liberal la piratería, el "mercadillo de imitaciones" de Shangai (o de cualquier otro sitio) y, de camino, el asunto del canon? te reenvío este reportaje de "El País" que tanto te inspira...http://www.elpais.com/articulo/portada/precio/canon/elpeputeccib/20070315elpcibpor_1/Tes.
Me ha encantado tu blog, muy interesante, sobretodo para los que casi no nos movemos por el mundo.