Leo en la prensa digital que "el hombre que veía amanecer", según el título de la hagiografía de Pilar Urbano, Garzón, ha decidido no ilegalizar a ANV. Es lamentable, pero así es. A pesar de tener indicios graves de que este partido, fundado en los años 30, con unos 20 afiliados ha resucitado gracias al apoyo de Batasuna, pues así lo decía la Guardia Civil. Hasta El País el otro día titulaba en portada que más de 600 candidatos de ANV integraron las listas de Batasuna en 2003, según análisis del periódico y hoy, La policía apunta a ANV como la tercera opción de Batasuna, aunque en el subtítulo se contradice: Policía y Guardia Civil no ven vinculación con ETA. ¿Cómo puede ser si ETA y Batasuna son lo mismo, según sentencia del Supremo? Señores de El País, no engañen a sus lectores que, aunque paciente (de pacer) rebaño, algo de información tienen.
Además, el otro subtítulo de El País de hoy dice, "Garzón detiene a un miembro de la formación relacionado con ANV". Si un partido tiene terroristas a los que el juez detiene, ¿cómo es posible que el citado partido no esté vinculado a los terroristas? Esto huele a apaño y a un paso más en el kafkiano proceso en el que estamos.
Ya lo dije yo en su día. Nos estaban aplicando el fórceps para que nuestras tragaderas puedan con estos sapos.
En realidad, ¿a quién le importa esto? Como he comprobado últimamente, a no mucha gente. Mientras haya partidos de fútbol, un poco de golf el fin de semana, el que pueda, y los langostinos como saxofones que decía Antonio Burgos, no importa nada. Los que nos preocupamos por estas cosas, sin embargo, somos unos radicales y unos amargados a la vista de los súbditos del mundo feliz. Que me apliquen un poco de hipnopedia, por favor. A ser posible, con discursos de Rodríguez y de Pepiño y con la fonoteca de la SER. Así podré llegar a ser un obediente y feliz ciudadano.
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