domingo, 1 de julio de 2007

Iconos


No nos sorprende ver a gente joven con camisetas con la efigie de Mao, de Lenin o del Che Guevara a modo de adorno, de símbolo, de algo digno de portarse con orgullo.


A través de Luis, he encontrado esto relativo al Che que pone los pelos de punta.


La disposición de Guevara cuando viajó con Castro de México a Cuba a bordo del Granma queda reflejada en una frase de una carta a su mujer redactada el 28 de enero de 1957, poco después de desembarcar, y publicada en su libro Ernesto: Memorias del Che Guevara en Sierra Maestra: "Aquí, en la selva cubana, vivo y sediento de sangre".


Supongo que si los que llevan estas camisetas supieran quiénes fueron estos personajes, la cantidad de muerte y destrucción que provocaron, no llevarían sus caras en esas camisetas que supuestamente quieren significar libertad.


Nos sorprendería, sin embargo, encontrar a alguien llevando una cara de Hitler. En algunos sitios le detendrían por apología del nazismo. ¿Por qué no pasa esto mismo con los símbolos de la extrema izquierda?


Quizás algún día no nos sorprenda ver a alguien con camisetas de De Juana Chaos, ese luchador por la libertad. A juzgar por lo que pasa en Ondárroa, no me extrañaría. Ver este reportaje.

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