Como he viajado hoy a Palma de Mallorca, he tenido tiempo en el avión de leer con detalle La Razón y El País. Me he quedado sorprendido al leer el artículo de Javier Pradera, Un plato de lentejas. En él coincide con el resto de analistas políticos en que el Gobierno no ha dejado opción a los tribunales para actuar en contra de la presencia de Batasuna en las elecciones municipales de la próxima semana.
Si puedo acceder a él en internet, lo colgaré, pero copio los principales párrafos:
Está fuera de cualquier duda razonable que ANV era la marca de reserva del brazo político de ETA para el supuesto de que fallaran las alternativas previas: es decir, la tercera trinchera de una estrategia que intentó primero inscribir ASB en el registro de partidos y urdió después 252 agrupaciones de electores unidas por el rótulo común de Abertzale Sozialistak. Recurrida la inscripción de ASB ante el Supremo y anuladas judicialmente por el mismo tribunal las 252 agrupaciones feudatarias de Batasuna, el desafío de las listas de ANV concluyó con un empate técnico promovido por el Gobierno con la fútil esperanza de no irritar demasiado al PP ni a la izquierda abertzale.
Pradera incurre aquí en la ignominiosa estrategia de identificar al PP y a ETA con los extremos entre los que se encuentra aprisionado el pobre Zapatero. La misma utiliza Antonio Casado en sus columnas del elconfidencial.
Sigue:
Las demandas del abogado y fiscal general del Estado -las dos únicas instancias legitimadas procesalmente en este género de pleitos- pidieron la nulidad de sólo 133 candidaturas de las 256 presentadas. Aunque dieran la razón a los demandantes, el Supremo y el Constitucional rechazaron su pretensión de utilizar la vía del recurso contencioso electoral, reservado a las agrupaciones de electores. El cauce procesal adecuado es la ejecución de la sentencia ilegalizadora de Batasuna de 2003: la continuación en fraude de ley de un partido disuelto a través de otro inscrito en el registro. Pero los dos tribunales no se limitaron a descartar el procedimiento escogido por los solicitantes -un tirón de orejas más que merecido- sino que además recordaron el papel pasivo de los jueces en la causa: el principio procesal atribuye a la actividad de las partes la fijación del objetivo del pleito.
Así pues la limpieza por exclusión de las 123 candidaturas y del propio partido de ANV que quedaron a salvo de la anulación judicial es obra exclusiva del Gobierno y del fiscal general. El Supremo ya había dejado claro que no podía pronunciarse sobre las listas de ANV no impugnadas, " ni mucho menos aún" sobre la ilegalización del partido.
Aquí despeja mis dudas sobre las razones de por qué el Supremo no puede actuar de oficio en la ilegalización del partido ANV aunque tuviera todas las evidencias. En cualquier caso, queda claro que ha sido el gobierno el que al aplicar esos criterios de selección de listas (menos de 3 miembros de Batasuna) es el que facilita la presencia de Batasuna en las elecciones, pues los tribunales no podían actuar nada más que sobre las listas impugnadas.
La puntilla:
De ahí que roce la malicia las declaraciones de algunos de los portavoces socialistas, según los cuales las resoluciones de los dos tribunales habrían construido por su cuenta y riesgo la muralla china que separa las 133 listas negras de las 123 listas blancas de ANV; en realidad, los magistrados se limitaron a desempeñar el papel de comensales invitados a degustar el menú corto y hondo de un plato de lentejas cocinadas por el Gobierno y servidas por el fiscal general sin más opción que dejarlas en la mesa o comérselas.
En cualquier caso, las resoluciones anulatorias de las 133 candidaturas negras recurren para fundamentarlas a tortuosos razonamientos dignos de los debates bizantinos sobre el sexo de los ángeles. Sirva como ejemplo la hipótesis del Constitucional según la cual las 133 candidaturas negras estarían "dotadas de autonomía" frente a ANV o serían "sencillamente un nuevo partido de facto"
Bien Pradera, pero cuidado no te vaya a purgar Polanco como a Tertsch, que el padrino no pasa ni una.
Mientras, leo en la portada que Zapatero avisa de que el fin de ETA será difícil. No se referirá a las dificultades de De Juana, que sigue paseando como si fuera un pobre convaleciente y no un terrorista.
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